Un misterio. Esa fue su respuesta muchas décadas cuando le preguntaban que era para él la vida, un misterio. Era lógico que para Antonio Gala, uno de los iconos de la literatura española, quien fue un artista en distintas facetas, su contemplación sobre la existencia misma y ya rondando los noventa años de edadtuviese esa sincera y por supuesto mortal conclusión. Aún es fascinante y una delicia poder escuchar las entrevistas de Gala, hablando tan envolventemente claro sobre el amor, la tristeza, la soledad entre otros sentimientos presentes en esta vida.
Pero dentro de este misterio de la existencia, en muchas ocasiones escuchamos o leemosinterpretaciones, explicaciones de sentimientos y situaciones referentes al común vivir, los cuales serán acogidos en la individualidad de cada uno, incorporados en ese mar inmenso llamado conciencia que filtrara según los estándares emocionales primarios, según los fantasmas arcaicos que siempre han estado en los pasajes más oscuros de los pensamientos, convirtiéndose estos filtros en la verdad única e irremediable de lo percibido y vivido.
Es difícil encontrar la manera para tocar las hebras deshilachadas del alma que ha pasado tanto tiempo pretendiendo coserlas y que cada puntada solo provoca más dolor. Así mismo, también creo que no hay una frase mágica que motive un cambio de sombrío sino a brillante por lo menos poco más atenue; aunado a una sociedad que se ahoga en una lucha contra sistemas fracasados enmarañados en corrupción y nepotismo. Así es doctor Darwin, entre la supervivencia y buscando el sentido de la misma doctor Frankl.
Donde algunos identifican calle de un solo sentido, que conduce al túnel de no retorno, donde buscan cerrar los ojos y apagar su luz para siempre; dejando alrededor una estela de desesperanza, con el agua de mar presente en las miradas sin punto fijo y que cualquier palabra de aliento es pequeñísima ante el muro de la fatalidad que es de colores indescriptibles, pero al final, colores humanos.
Sin juzgamiento, ni condena sea lo que salga de nuestros labios ante estas decisiones que son el resultado de huracanes que vaciaron el alma de quienes lo vivieron así; que no somos más valientes los que seguimos acá ante los que se fueron por cuenta propia, pues sabemos cada uno los valles oscuros que anidan en nuestro interior y que a diario procuramos desbrozar la maleza que se enraíza, fatigándonos tantas veces como intentado seguir adelante.
Como una simple mortal más comparto que la vida es un misterio, incomprensible a la mente humana y como tal nos presenta en momentos una cálida luz, la cual es difícil de distinguir entre la maleza que confunde y enreda todo a su paso, pero que persiste de alguna manera.
Quiera el universo que tengamos la oportunidad de ser como esa luz para los que estén cerca de nosotros y que necesiten encontrarla; así también que al andar en l valles oscuros conservemos en nosotros esa luz y calor.