Los gobiernos de Estados Unidos y El Salvador firmaron el 3 de febrero el Memorándum de Entendimiento en Cooperación Nuclear Civil (NCMOU), en donde ambos estados asumen compromisos que tiene que ver con la búsqueda de soluciones energéticas y la cooperación en investigación y capacidad científica.

El Salvador aprobó en octubre de 2024 la Ley de Energía Nuclear, que regula la autorización de lugares para instalaciones nucleares con fines pacíficos; en ese entonces, el director de la Escuela de Física de la Universidad de El Salvador (UES), Rafael Gómez Escoto, reveló a El Mundo que ha participado en las conversaciones del proyecto nuclear del país y mencionó tecnologías que promueven el uso del torio en lugar del uranio en estos proyectos.

De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores, estos son los compromisos asumidos en el acuerdo:

1. Compromiso para cumplir el Tratado de No Proliferación Nuclear.
2. Promoción de una cooperación nuclear pacífica y responsable.
3. Implementar soluciones energéticas que contribuyan a la seguridad energética de El Salvador y favorezcan la cooperación mutua en seguridad nacional, energía nuclear, tecnología avanzada y gestión de residuos radiactivos.
4. Cooperación para el desarrollo de infraestructura nuclear.
5. Fortalecimiento de capacidades regulatorias y científicas.
6. Promoción de proyectos conjuntos en investigación y desarrollo para el uso responsable de la energía nuclear.
7. No hay obligaciones legales y se cumplirán las leyes de ambos países.

El acuerdo fue firmado por el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, y la canciller salvadoreña, Alexandra Hill Tinoco.

“Estamos ansiosos por ampliar la cooperación nuclear civil con otros socios del hemisferio occidental”, dijo Marco Rubio sobre el acuerdo de energía nuclear con El Salvador. El funcionario proyecta “la prosperidad económica mutua” y “la seguridad energética”.

La canciller presentó el acuerdo como una apuesta por “ofrecer energía las 24 horas del día a precios competitivos sin depender de la geopolítica ni de los precios del petróleo”.

Según Hill, Estados Unidos brindará “la mejor capacitación y transferencia de conocimientos” “a nuestros expertos salvadoreños, quienes liderarán los aspectos técnicos y regulatorios de esta transición”. El memorando, dijo, abre las puertas al desarrollo de aplicaciones nucleares para sectores esenciales como la medicina, la agricultura, la gestión de recursos hídricos y la gestión segura de residuos.

A la firma del acuerdo asistieron el embajador de Estados Unidos en El Salvador, William Duncan, la viceministra de relaciones exteriores, Adriana Mira; el presidente de la Comisión Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), la embajadora de El Salvador en EE.UU., Milena Mayorga.

Aunque el acuerdo de energía nuclear entre EE.UU. y El Salvador no ha sido publicado hasta este martes, un acuerdo con el mismo nombre firmado por Estados Unidos y Chile en marzo de 2011, incluye compromisos para cooperar en el desarrollo de la energía nuclear, la cooperación en operación y uso de reactores de investigación nuclear, incluida las celdas de combustible y el cálculo de núcleos compactos y adopción de medidas viables para facilitar el suministro de uranio poco enriquecido necesario para producir el combustible para reactores de investigación, la formación nuclear civil; mediante intercambio de información, capacitación y asistencia.