El presidente salvadoreño Nayib Bukele señaló a “unos congresistas” de Estados Unidos de querer que El Salvador regrese a un “pasado de muerte y destrucción” que vivió El Salvador.

“Nosotros seguimos demostrando que, sin ellos, estamos mucho mejor”, manifestó en su cuenta de Twitter, escribiendo el hashtag #GuerraContraPandillas, acompañado del reporte de cero homicidios durante el lunes.

Un día antes el congresista demócrata Jim McGovern manifestó su preocupación la situación en El Salvador, ya que “muchas personas activas de la sociedad civil no sienten que pueden decir lo que creen por temor a que sean atacados por el Gobierno”.

McGovern dijo que le recordaba la época bélica de los años ochentas y lo calificó de una “tendencia muy perturbadora” y “una erosión dramática de los derechos civiles y humanos básicos en El Salvador”.

Mientras unos congresistas quieren que regresemos al pasado de muerte, nosotros seguimos demostrando que sin ellos estamos mucho mejor”. Nayib Bukele, presidente de la República

Del Departamento de Estado de EE.UU.

La preocupación no fue exclusiva del congresista estadounidense, quien dirigió una audiencia del Comité de Derechos Humanos “Tom Landon” del Congreso de los EE.UU., en Washington.

Ante el Comité asistieron dos altos funcionarios del Departamento de Estado de EE.UU., en un primer panel; y representantes de Human Rights Watch, Fundación para el Debido Proceso Legal (DPLF), Cristosal y el periodista Héctor Silva Ávalos, en un segundo panel.

El subsecretario adjunto de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo, Scott Busby, también reveló que han expresado estas preocupaciones al gobierno de Nayib Bukele y que vieron un cambio en la última extensión del régimen de excepción, ya que se levantó la suspensión del derecho a la reunión.

Esto me recuerda la forma en que muchas de las historias que escuché cuando estaba en El Salvador en 1983, 1984, es una tendencia muy muy perturbadora”. Jim McGovern, subsecretario de Democracia y Derechos de EEUU

Miedo.

El congresista McGovern relató en el Comité que en los últimos dos años ha tenido conversaciones con personas que ha conocido “durante años” y que ahora están “preocupadas o desesperadas”.

“Muchas de esas personas, de estas organizaciones, temen tener algún tipo de encuentro con un miembro del Congreso... es escalofriante”, afirmó. Agregó que debe haber una forma de lidiar con la violencia de las pandillas “sin socavar y amenazar a la prensa” o sin apuntar “a personas que tienen una opinión diferente”. En la audiencia, dos funcionarios de EE.UU. también se mostraron preocupados.