Rubén Ramírez Lezcano se encuentra en El Salvador como parte de una gira por América en la que ya visitó países de Norteamérica, Centroamérica y Suramérica.

Luego de visitar El Salvador, este jueves se dirige a Guatemala y posteriormente visitará Belice, St. Lucia, Granada, Jamaica, Guyana, St. Kitt and Nevis y Granadinas. Busca tener al menos 18 de los 35 votos necesarios para convertirse en el próximo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA) para el periodo 2025-2030.

"Yo soy un optimista responsable, creo que ese optimismo se va a traducir en votos", responde cuando se le pregunta cuánto apoyo ha logrado conseguir.

La elección se llevará a cabo el 10 de marzo luego de que el 10 de febrero los candidatos presenten sus planes y proyectos; y de que el 11 de febrero, realicen una audiencia con organizaciones de la sociedad civil.

Está consciente de la falta de efectividad de la OEA para evitar deterioros democráticos en América pero manifiesta que buscan propiciar "el diálogo para encontrar soluciones para las sociedades, no para las ideologías”.

El candidato no opina sobre la reelección continua presidencial en El Salvador. “Todos los países tienen que resolver soberanamente sus divergencias”, respondió.

¿Cómo surgió su candidatura?
La propuesta de mi candidatura surge del gobierno de la República del Paraguay y del presidente Santiago Peña, considerando el compromiso con los valores y principios de democracia, derechos humanos, libertad, de promoción de las capacidades de los Estados en responder a las necesidades ciudadanas. En ese contexto, hemos considerado que el sistema multilateral necesita ser fortalecido, particularmente la OEA en nuestro hemisferio.

No debemos olvidar que el año próximo nuestro mundo tiene que elegir al próximo secretario de Naciones Unidas y que va a corresponder después de más de 40 años la designación de la candidatura de un secretario general de las Naciones Unidas.

En el caso particular de la OEA, nosotros observamos que es necesario redimensionarla, redefinirla, y darle una modernización para adecuarla a las necesidades de este tiempo.

¿Está vigente la OEA, dado renuncias de países y evasiones a sus resoluciones?
Nosotros consideramos que la Organización necesita ser actualizada, modernizada. En los últimos años ha perdido miembros pero porque estos han perdido esos valores y principios de democracia y derechos humanos, estamos hablando de Nicaragua, Venezuela y antes Cuba. En ese contexto es necesario fortalecer las capacidades institucionales de un organismo hemisférico formado en 1948 operando desde 1951 y sin haber sido modernizado hasta estos días.

Por lo tanto, es un momento de inflexión para que los países nos pongamos de acuerdo en que esta herramienta tiene que ser realmente eficiente para sus propósitos.


¿Qué es lo que piensa hacer para que las resoluciones de la OEA sean realmente acatadas?
Apuntamos a un programa de cuatro pilares, el primero es la democracia, la democracia tiene que ser fortalecida desde toda perspectiva, comenzando desde la educación, enseñando la virtud de la democracia, enseñando cómo funciona la democracia y las capacidades que le otorga a cada ciudadano de hacer escuchar sus voces para que pueda realmente este sistema político generar las respuestas que demanda cada una de las sociedades de acuerdo con sus necesidades específicas.

Otro elemento es que debemos fortalecer las instituciones. Cuando existen instituciones débiles o vulnerables, es ahí donde vemos que la calidad de la democracia, legitimidad de los actores y de los electos, así como la calidad de la oferta política, disminuye significativamente. Necesitamos un programa de formación de capacidades.

La OEA ha sido muy eficiente en los programas de observación electoral, que necesitan ser fortalecidos porque aún, cuando han emitido recomendaciones, estas recomendaciones no son cumplidas. Tenemos que crear las condiciones para que estas puedan ser cumplidas y al mismo tiempo organizar un grupo de expertos de alto nivel intelectual, político y moral para que puedan ayudarnos a programas de prevención de calidad democrática y no llegar a situaciones extremas como la que se está viviendo en Venezuela.

¿Cómo puede lograr la OEA que cumplan estas recomendaciones si, por ejemplo, en Venezuela exigió publicar las actas electorales y no se hizo?
Evidentemente es donde tenemos un desafío junto a todos los países. La OEA es una organización integrada por Estados, las decisiones no las adopta el secretario general exclusivamente, las decisiones las adoptan los países. Lo que nosotros tenemos que (hacer) es dar la virtud del diálogo para encontrar soluciones para las sociedades, no para las ideologías y es ahí donde tenemos que despojarnos de esos elementos que contaminan la posibilidad de entregar a los ciudadanos la demanda que tienen.

La calidad de la democracia está disminuyendo debido a que el sistema, de acuerdo con las expectativas ciudadanas, no les están entregando lo que ellos demandan, salud, bienestar económico, bienestar social. Es ahí donde tenemos que trabajar intensamente para que cada vez tengamos mejor calidad de la democracia".

Un segundo pilar es la promoción y protección de los derechos humanos, necesitamos un sistema hemisférico de derechos humanos mucho más eficiente y efectivo para atender las circunstancias de cada uno de los países, que estas no sean ideologizadas es un tema clave, que no apunten a instalar ideas distintas o imponer de acuerdo a programas políticos.

Otro elemento clave, el tercer pilar, el de desarrollo sostenible. Necesitamos generar empleo digno, de calidad y bien remunerado para que la migración, que derivan de la disminución de la calidad democrática, de la atención de los derechos humanos y la migración económico. Son elementos que tenemos que trabajar con los organismos financieros multilaterales para atender no solamente las infraestructuras de logística sino la infraestructura social, de seguridad, el cuarto capítulo que proponemos, que tiene que ver con la lucha contra el crimen transnacional organizado, que en hemisferio tiene particularidades distintas también.

No es lo mismo cómo funciona el tráfico de armas, el tráfico de drogas, el tráfico de personas, lavado de activos en el Caribe que en América del Sur. Tenemos verdaderos multinacionales como el Tren de Aragua en una parte, el Comando Capital y el Comando Vermelho en el Cono Sur desde Brasil e integrado con otras organizaciones locales.

Ellos (organizaciones criminales) han sido mucho más eficientes que los Estados en integrarse y esa es una cuestión que tenemos que resolver. Hace más de 10 años que el hemisferio no puede reunir a sus autoridades de seguridad y ese es un tema no menor.




Aún cuando hay particularidades en cada uno de los países también existen denominadores comunes que tenemos que atender: la lucha contra la corrupción, los temas de seguridad ciudadana, relacionados a los mecanismos de transporte y de personas, el tema de seguridad cibernética, el robo de datos, de identidad, el robo de recursos a través del sistema informático y la estafa, los mecanismos que disminuyen la calidad democrática como la desinformación, la agresión política a través de los medios y las redes. Estamos hablando de ciberseguridad y de la inteligencia artificial.

¿Cuáles cree que son las amenazas al sistema interamericano?
Muchas. La primera está relacionada con las tensiones geopolíticas globales, una discusión que se cierne más sobre la ideología que sobre las necesidades ciudadanas. Ahí es donde tenemos que tener una visión compartida de estos principios que nos animan a impulsar mi candidatura: libertad, democracia, derechos humanos rule of law (Estado de Derecho).

El segundo es la estabilidad económica y financiera de nuestras sociedades. La pandemia del covid-19 todavía sigue impactando. Los efectos que ha generado una gran inestabilidad económica en los países por el sobreendeudamiento, el déficit fiscal persistente, que genera inflación, disminución del ingreso económico y que genera mayor vulnerabilidad con incremento de la pobreza, también constituyen riesgos para la estabilidad social.

Otro elemento tiene que ver con el cambio climático, con diferentes diagnósticos, síntomas e impactos en el hemisferio. Hemos visto cómo uno de los Estados más ricos del planeta, California, no estaba preparado para combatir los recientes incendios. Tenemos que evitar la agenda del cambio climático sea de política, proteccionismo económico.

Apuntamos a una OEA mucho más humana, que atienda y entienda las necesidades específicas de cada ciudad y por eso estamos recorriendo todos los países miembros de la Organización para poder entender cuáles son esas necesidades.


El otro riesgo son los temas de seguridad. El tema de seguridad es tan grave que los costos asociados que disminuyen el ingreso medio de las sociedades está vinculado con la amenaza a la seguridad y, siendo nuestro hemisferio el más pacífico en el mundo, porque hay más de 120 guerras en el mundo.

Trump ha lanzado amenazas a otros países americanos, ¿no es un riesgo a la estabilidad en el hemisferio?
Yo creo que esta es una oportunidad para el diálogo, es una oportunidad para entender cuáles son los desafíos que tenemos, cuáles son los aspectos que hay que resolver y creo justamente en la virtud de un organismo internacional para construir los puentes de diálogo.

En particular, el presidente Santiago Peña (me nombró) como ministro de relaciones exteriores de un país que tiene un círculo de influencia en desarrollo, pero que no tenemos ninguna vocación imperialista. Podemos ser factores preponderantes en la construcción de diálogos en estas divergencias que surgen y evitando la polarización de los países.

Durante sus visitas, ¿qué necesidades ha identificado en El Salvador?
En El Salvador, lo fundamental es poder compartir las experiencias que tiene en materia de seguridad, ha llamado muchísimo la atención los programas de seguridad del presidente Bukele en su gobierno, las cuestiones relacionadas con el cambio climático, también hay un impacto importante.

¿Qué opina de la reelección en periodo continuo en El Salvador pese a que la Constitución lo prohibía?
Yo creo que todos los países tienen que resolver soberanamente sus divergencias, organizaciones como la OEA, las Naciones Unidas, tienen justamente que alentar y fortalecer las capacidades institucionales para que haya un pleno cumplimiento de la Constitución.

Yo no puedo discutir si la interpretación de las autoridades constituidas en El Salvador es la correcta o no es la correcta pero, si se han cumplido los procesos constitucionales, institucionales y reglamentarios, ahí no hay nada que discutir.

Yo he participado en la inauguración de este mandato del presidente Bukele donde han participado autoridades de muchísimos países dándole reconocimiento a la democracia en este país.

Ramírez Lezcano asegura que el secretario general de la OEA no es quien decide las resoluciones del organismo multilateral. / Francisco Valle.
Ramírez Lezcano asegura que el secretario general de la OEA no es quien decide las resoluciones del organismo multilateral. / Francisco Valle.