El politólogo salvadoreño cree que El Salvador puede llegar a quedarse sin partidos políticos de oposición como ocurrió en México con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que gobernó durante 70 años.
Sin embargo, cree que hay una oposición social que podría emerger según su inconformidad con el gobierno, el cual es dice no es un "todopoderoso" porque hace en la medida que otros le dejen hacer.
Artiga no ve cambios en el modelo económico salvadoreño y tampoco en el régimen híbrido con una forma de gobernar autoritaria, sin un control de contrapeso; sin embargo, sostiene que la diferencia hoy es que el poder está concentrado en una persona. Ve en 2024 un año en el cual podría cambiar ese régimen.



En febrero de 2021 usted dijo que el presidente Bukele puede dejar un legado positivo o ir por la ruta a Nicaragua, ¿dónde está El Salvador?

Yo diría que en la ruta de Nicaragua por lo que vemos en términos de concentración de poder. Puede utilizar esa concentración de poder de manera diferente a cómo la ha utilizado Daniel Ortega. Eso depende de qué es lo que busca realmente.

¿El método para lograr esa concentración es legítimo?

Yo creo que el presidente nuestro se apoya en una legitimidad basada en el apoyo popular más que en una legitimidad basada en los resultados o en el origen, en el respeto al marco legal. Ha sido muy cuestionada la sustitución de la Sala de lo Constitucional y del fiscal, la reforma en el sistema judicial.

¿Cuáles fueron los hechos centrales que le dicen que vamos a Nicaragua?

La concentración en una persona de todo el poder político que viene por controlar las instituciones, en este caso, los otros dos poderes, el Legislativo y el Judicial; con eso, se controlan las otras instituciones, como la Fiscalía, la Corte de Cuentas, el Instituto de Acceso a la Información Pública, el Tribunal de Ética Gubernamental, el Tribunal Supremo Electoral, la Sección de Probidad de la Corte Suprema de Justicia, ha sido neutralizada el control sobre la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos. Ese control está eliminando las posibilidades de existencia de una oposición política, no digo solamente la oposición que pueda ejercer Arena o FMLN como partidos, sino cualquier expresión crítica. En ese sentido estamos más en la ruta de Nicaragua. En Nicaragua fue posible porque otros sectores lo permitieron, la empresa privada, tampoco es que no haya actores con capacidad de veto pero quienes deberían poner su fuerza social, política o económica prefieren esperar si sacan beneficio de la relación con el gobernante y este lo aprovecha para llevar a cabo su proyecto.

Decir que estamos en la ruta de Nicaragua no quiere decir que estamos igual, pero la forma cómo se ejerce el poder será similar a Nicaragua, Venezuela, incluso a Cuba, en donde es la voz del presidente la que decide y prácticamente la forma de pensar de la ciudadanía está condicionada por el mensaje presidencial".


¿Hay capacidad en El Salvador para frenar un mal uso de ese control institucional?

Cada vez es menos, sobre todo de actores locales. Hay quienes han intentado frenar las decisiones del presidente o la Asamblea, son actores extranjeros, el cuerpo diplomático, el caso de la Ley de Agentes Extranjeros. El mismo gobierno de los Estados Unidos tiene capacidad de veto. Aún cuando haya menos capacidad por parte de los partidos –en realidad son irrelevantes en términos políticos, no solo Arena, FMLN, sino Vamos o Nuestro Tiempo; el PCN y GANA renunciaron desde siempre, prefirieron pactar con el que estaba en el Ejecutivo para sacar ventaja, ahí no ha cambiado nada–, hay una oposición en la sociedad que se va generando como consecuencias de las mismas decisiones del Ejecutivo. Es la que tiene menos fuerza pero puede ir creciendo. Incluso ahí, agentes financieros internacionales también tienen capacidad de veto. No es alguien todopoderoso en realidad, puede hacer en la medida que otros le dejen hacer.

El presidente ha dicho que no hay periodistas capturados y que cualquiera puede decir lo que quiera. ¿Qué falta para ser Nicaragua?

Decir que estamos en la ruta de Nicaragua no quiere decir que estamos igual, pero la forma cómo se ejerce el poder será similar a Nicaragua, Venezuela, incluso a Cuba, en donde es la voz del presidente la que decide y prácticamente la forma de pensar de la ciudadanía está condicionada por el mensaje presidencial. No es necesario que tenga que haber muertos, desaparecidos, exiliados, podemos llegar a eso en la medida el rechazo crezca y la única manera de contenerlo sea mediante la represión, pero el carácter autoritario de un régimen no se mide solo por eso, también, y es lo que hay en el país, es porque no hay capacidad de controlar a quien está en el Ejecutivo. En una democracia, todas las instituciones, Fiscalía, Corte de Cuentas, Instituto de Acceso a la Información, la Sección de Probidad, tienen facultades de control sobre cualquier funcionario incluyendo al presidente y al Ejecutivo, eso no ha funcionado en El Salvador y no funciona ahora, menos ahora que está controlado por el Ejecutivo. En ese sentido somos más parecidos a Nicaragua que a Costa Rica. Sería simplista decir que el presidente va a ser otro Ortega. En la medida que se controlan las instituciones, se cierran los espacios para la oposición política. Los regímenes autoritarios pueden adquirir otras formas, China tiene un régimen autoritario, es una potencia pero por la vía autoritaria.

¿Cómo se llama el régimen en El Salvador?

Por esa ausencia de controles, aunque tengamos elecciones libres más o menos cumpliendo los estándares democráticos, no ha habido fraude, pero el ejercicio del poder es autoritario, tenemos una especie de régimen híbrido con elementos democráticos, las mismas garantías de libertad de movilización o expresión, que están siendo amenazadas.
Estamos en el principio del gobierno, goza de una amplia popularidad, el asunto es cuando los regímenes no tienen la suficiente popularidad que la única manera de sostenerse es entre la represión. Dependerá de lo que haga el gobierno, de sus medidas económicas, hacia dónde nos dirijamos. ¿Estamos igual que hace 30 años durante los gobiernos de Arena y FMLN? No, en la medida que ahora el poder está concentrado en una persona y todo depende del presidente, pero estamos igual en que al presidente nadie lo controla como a los expresidentes de Arena y FMLN nadie los controlaba. Puede cambiar en 2024 si el presidente quiere reelegirse, entonces, ya tenemos un problema: el carácter legítimo de esa elección, vamos a empezar a cuestionar incluso los elementos democráticos para acceder al poder; si eso desaparece, estaremos en una configuración autoritaria netamente.

Álvaro Artiga, académico y catedrático de la UCA, colecciona símbolos que representan diferentes momentos políticos de El Salvador. / Y. MAGAÑA
Álvaro Artiga, académico y catedrático de la UCA, colecciona símbolos que representan diferentes momentos políticos de El Salvador. / Y. MAGAÑA



¿Cómo debería conmemorar un salvadoreño los Acuerdos de Paz?, algunos sectores realizan marchas.

Los Acuerdos de Paz propiciaron una reforma política que permitió finalizar el conflicto armado. La reforma política introduce elementos importantes nuevos como la institucionalidad electoral que garantiza desde 1994 que no hubiese fraude en las elecciones y que no estuviese ninguna fuerza excluida de la competencia electoral, cosa que sí ocurría antes de los Acuerdos. Se eliminaron los cuerpos represivos, se creó una Policía Nacional Civil, se modificó el sistema judicial, permitieron la transformación del FMLN de fuerza guerrillera a partido político. Esas cosas son importantes para que se resolviera un problema político que traíamos en todo el siglo XX, que era que la oposición política no tenía espacios y las demandas que podía llevar la oposición eran reprimidas, eso es lo que había antes en los gobiernos militares. Los Acuerdos de Paz eliminan la exclusión política que condujo a la guerra.
Yo no sé si eso será motivo para que la gente haga una fiesta, tal vez no, pero eso no quiere decir que no tenga importancia política para que desde el Estado hubiese un acto político como en España celebran la Constitución española que fue producto de su transición política.
Es un derecho que tiene la población de organizarse y celebrar cualquier cosa. Los Acuerdos de Paz no iban a resolver todos los problemas de El Salvador, otras tareas quedaron pendientes, pero no tienen que ver con los Acuerdos de Paz.

¿Y cómo va a ser una farsa si antes las elecciones eran fraudulentas?, no sé cómo se puede decir que fue una farsa si desde 1994 al gobierno se llega, incluso este Presidente, teniendo una autoridad electoral adversa y, sin embargo, es el Presidente, eso no era posible cuando el PCN era gobierno".


¿Qué ha desprestigiado a los Acuerdos de Paz?

Que se ha esperado que diera resultados que no iba a dar, que tiene que ver con la materia económica, con disminuir la violencia de las pandillas, en ese entonces no estaba el fenómeno de las pandillas como ahora, las migraciones. Esas cosas las tenían que resolver los gobernantes, es un tema de política pública. Los gobiernos de Arena, FMLN y el actual no hacen lo que tienen que hacer para que la gente tenga una fuente de ingresos que le permita vivir dignamente en el país. Ante la ausencia de una fuente de ingresos, aquí se rebuscan, unos se van, otros ingresan al crimen organizado, otros tienen la suerte de empezar un emprendimiento. La economía salvadoreña es excluyente: solamente un cuarto de la Población Económicamente Activa tiene empleo formal, eso no lo iban a cambiar los Acuerdos de Paz, en todo caso, eso tiene que ver con las empresas, el tipo de economía, las relaciones salariales y eso no se está alterando ahora.

¿No fueron una farsa?

¿Y cómo va a ser una farsa si antes las elecciones eran fraudulentas?, no sé cómo se puede decir que fue una farsa si desde 1994 al gobierno se llega, incluso este Presidente, teniendo una autoridad electoral adversa y, sin embargo, es el Presidente, eso no era posible cuando el PCN era gobierno. ¿Cómo van a hacer una farsa si ya no está la Guardia Nacional, la Policía de Hacienda, la Policía Nacional? Los Acuerdos de Paz no iban a cambiar a la Fiscalía, ahí más bien es una farsa porque no investiga a los funcionarios. Ahora, ¿esto es asumir una defensa de Arena y FMLN porque firmaron los Acuerdos? Eso no quiere decir que en aquel momento fueran lo mismo, creo que no fue así. ¿Qué es preferible?, ¿superar las diferencias aniquilando al adversario, anulándole cualquier forma de expresión o que tengan una representación parlamentaria? El acuerdo que menos se cumplió es el económico, hubo una falla en implementación de los acuerdos, pero eso representaba una cantidad menor en relación con todas las reformas políticas.

Uno de los elementos que desprestigió fue la amnistía general y ahora la Asamblea Legislativa evalúa una comisión que investigue crímenes de guerra. ¿Es atinado?

Por el diseño institucional, el monopolio de la investigación del delito lo tiene la Fiscalía. La Asamblea que se dedique a controlar a los funcionarios del Ejecutivo actual, alcaldes, a legislar de una mejor manera. Hay cosas que la Asamblea está haciendo más con fines electorales aunque no estemos estos años en elecciones. Busca generar un apoyo a la bancada cian, al presidente, desprestigiar a los opositores. Tendrán responsabilidad en los crímenes del pasado, pues, sí, que lo investigue la Fiscalía.

¿Cómo ve la composición de fuerzas en la Asamblea Legislativa, no hay una fuerza opositora suficiente?

Llegamos a este resultado por responsabilidad de Arena y FMLN en la medida que no resolvieron los problemas de carácter económico, creció el rechazo a estos dos partidos. En ese escenario, todos los partidos que están en la oposición, si bien es cierto no tienen una fuerza política numérica para influir tienen acceso a información privilegiada, pueden convertirse en una ventana para que la ciudadanía se entere qué está ocurriendo realmente en las instituciones, porque los diputados pueden solicitar información a las instituciones. Esa manera de ejercer oposición, que es controlando a los que gobiernan, la oposición no debería estar para bloquear a un Presidente, el Presidente está ahí porque la mayoría le dio su voto, entonces, hay que dejarlo gobernar, hay que dejar que lleve adelante su agenda, pero ¿cuál es el papel de la oposición?, ver que su agenda la cumpla dentro del marco legal. En este momento, con unos partidos que cada vez tienen menos fuerza, siguen su erosión, Arena y FMLN, y no veo que Nuestro Tiempo vaya a crecer, Vamos, tampoco. Quiere decir que en el país puede llegar a una situación en la que nos quedemos sin partidos de oposición, importante, y esto funciona como en México desde 1910 hasta 1988. Es el periodo del México autoritario, el PRI gobernó autoritariamente todo ese tiempo, casi 70 años, no como Daniel Ortega pero no había oposición. Sí había partidos chiquitos que le permitían legitimarse, eso puede ocurrir aquí.
Que Nuevas Ideas sea un partido hegemónico, que se permitan unos partidos para que den como esta fachada, ahí sí sería una farsa, de competencia electoral. El problema es que no haya canales institucionales por los cuales se exprese esa oposición, ese fue el problema que nos condujo a la guerra y que solo se acabó cuando se eliminó esa exclusión política. Si los gobernantes actuales están en el esquema de eliminar a la oposición, ellos se están creando el problema futuro.

¿Ve rumbo económico en el país como el bitcoin o planes como Surf City?

Para mí ese es el tema fundamental, donde podemos ver si las cosas están cambiando o no. Desde los años 90 se adoptaron medidas de corte neoliberal que propiciaron la acumulación de riqueza de determinados grupos empresariales y que la mayoría no tiene oportunidades económicas para tener una vida digna y por eso se incrementa la migración y el fenómeno de la violencia en las pandillas. ¿Está haciendo algo el Gobierno? Sus planes de desarrollo de la zona costera para lo cual hay una ley que va a permitir la expropiación de terrenos y hay una institución que va a llevar a cabo esa ley. La pregunta es: ¿quiénes son los grupos empresariales que van a sacar ventaja de ese proyecto? Podemos llegar a un pequeño grupo que ya se dedica a esa actividad y tiene apellidos vinculados con los que antes eran los beneficiarios de los gobiernos de Arena. Empezamos a dibujar el mapa de los que se van a beneficiar de ese modelo económico, luego, podemos tener quién se beneficia con la construcción del nuevo aeropuerto. Ahí podemos ver si se está alterando la lógica excluyente del funcionamiento de nuestra economía, yo pensaría que no es así. La Bitcoin City viene a ser una zona económica especial donde las leyes salvadoreñas no tengan nada que ver en ese territorio y sean unos empresarios que ni siquiera paguen impuestos en el país. Habrá que esperar en materia de pensiones qué va a pasar. No estamos hablando de inversiones en tecnología de punta que obliguen a la preparación de una mano de obra que requiera un nivel educativo mayor. Se está profundizando el modelo neoliberal que implementó Arena y que administró el FMLN, se está haciendo lo mismo de siempre, beneficiando a unos pocos grupos empresariales, como funcionó la economía salvadoreña desde la independencia con leyes que favorecen a sus grupos empresariales. Ahora se está configurando prácticamente lo que va a hacer El Salvador no sé cuántos años más.

Alvaro-Artiga
Alvaro-Artiga


¿Por qué cree que el bitcoin fue adoptado pese a la impopularidad?


Ahí vemos el carácter autoritario, 'no me importa qué digan los demás'. En eso, como en Bitcoin City, el proyecto de desarrollo de la zona costera o en el tema energético no va a dar marcha atrás. De hecho, yo creo que la desmovilización de toda la oposición política es una estrategia para cuando empiecen las expropiaciones en la zona costera, para que la gente se vea obligada a aceptar las condiciones y no haya una forma colectiva de defender. Él tiene claro dónde quiere llegar, yo creo que hacia allá vamos.

¿No hay forma que sirva para la gente con el desarrollo de la zona costera?

Esos pequeños negocios van a ser beneficiados pero si a la par vienen estas grandes cadenas hoteleras, ya tenemos un problema, uno quiere ir a la playa, no encuentra el paso, está casi privatizada toda la costa, imagínese si tenemos un hotel, otro hotel. No digo que no haya otras alternativas, lo que quiero enfatizar es que si son empresas transnacionales las que están en energía, turismo, empresas vinculadas a las familias que ya se han beneficiados de los gobiernos de Arena, PCN y FMLN, si son familias que gozan del monopolio como aéreo, ¿a quién está beneficiando realmente? Si tenemos ese tipo de configuración en la economía eso es lo que justamente no da resultados para la gente. Nuestra alimentación depende de lo que nos proporcionan los países vecinos, somos una economía importadora. El productor nacional termina quebrando. Si eso no cambia, ¿a quién vamos a seguir favoreciendo? Eso debería alterarse pero solo decir que va a venir una empresa y va a poner un hotel, se van a generar 500 empleos, recepcionistas, camareras, cocineros, jardineros, no creo que eso saque al país del retraso, ni siquiera necesita mejor educación para ir a trabajar a un hotel. Seguiremos con un nivel de escolaridad bajo. Si fuera este gobierno, con el apoyo popular que tiene, lograra elevar la capacidad productiva de los salvadoreños, yo creo que sí, pero no sé, no creo que la apuesta vaya por ahí.

El problema es que no haya canales institucionales por los cuales se exprese esa oposición, ese fue el problema que nos condujo a la guerra y que solo se acabó cuando se eliminó esa exclusión política. Si los gobernantes actuales están en el esquema de eliminar a la oposición, ellos se están creando el problema futuro".


El perfil

Álvaro Artiga, politólogo
Trayectoria académica: director de programa de maestría en Ciencia Política, director de la maestría y doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).

Estudios: Doctor en Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Salamanca, España, maestría en Ciencias Sociales de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Licenciado en sociología e ingeniero civil.