El politólogo Álvaro Artiga ve bastante probable la reelección presidencial de Nayib Bukele, más que por su popularidad, porque no ve rivales políticos que lo enfrenten.

Cuestiona que los partidos de oposición no tienen una propuesta ante un esquema económico que históricamente ha prevalecido en El Salvador, que solo alcanza a dar empleos a algunos salvadoreños y que expulsa a otros para que con las remesas se continúe el mismo modelo de servicios.

A ello le suma la ventaja del partido en el gobierno en su estrategia de mercadeo que apela más a las emociones o a las “entrañas” de la gente que a lo racional como lo intenta la oposición al usar el Estado de Derecho como discurso central.

¿A qué tipo de sociedad están intentando responder los partidos en El Salvador?
Nuestra sociedad es una economía de servicios, las principales actividades económicas tienen que ver con hoteles, restaurantes, centros comerciales, la maquila textil y en buena medida eso hace que los empleos son de baja calificación, no necesita tener una población muy educada para trabajar en un restaurante, centro comercial, aún en un banco, en un hotel. No se vuelve una prioridad la educación y la apuesta del gobierno actual va en ese sector. Así ha estado funcionando esta economía desde los años 90, cuando dejó de ser una sociedad agraria basada en la agroexportación, este tipo de actividades logran absorber un cuarto de la Población Económicamente Activa (PEA), el resto se debate en el sector informal.

Cuando escuchamos los discursos de todos los partidos en general, incluso del partido en el gobierno, no se cuestiona esta manera de operar la economía, que es el problema de base, que en buena medida ahí está la explicación del fenómeno de las actividades ilícitas en las que se meten jóvenes o gente mayor, y la economía formal no es capaz de absorberlos.

Las encuestas recogen que la preocupación principal es temas económicos y sobre eso no hay propuesta; el gobierno tiene propuesta, que son los proyectos turísticos básicamente (la zona costera), pero en el lado de la oposición usted no ve un planteamiento al respecto. Ahí hay una desconexión en términos de la principal preocupación de la población y lo que está discutiendo la oposición, que está más centrada en el ámbito político institucional.

La oposición habla más de que si la dictadura, la erosión de la democracia, que si el estado de excepción, temas políticos institucionales, jurídicos, con el tema de la independencia, cosas que a la mayoría no siente que le afecta directamente. En cambio, a aquellos que les afecta directamente, como por qué se va la gente, no hay una oferta, la apuesta es actividades que no son capaces de absorber suficientemente a una parte de la Población Económicamente Activa.

La oposición no entiende eso y se queda solo hablando de que la violación de los derechos humanos, el régimen de excepción, la democracia, muy racional, no digo que no tengan razón, pero eso difícilmente va a traerles electores”.


¿Es un salvadoreño que quiere que le resuelvan problemas económicos inmediatos?
Hay un informe del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) dedicado al tema de la mano de obra salvadoreña, ahí se habla de cuáles eran las aspiraciones del salvadoreño promedio: tener una vivienda digna, buena educación, buena salud, un empleo que le genere ese tipo de cosas que a la mayoría de la población le interesa, no hay, no hay propuestas.

Un alto funcionario de Corea del Sur dijo en El Salvador que la educación además de tener un referente fueon las claves del milagro económico coreano. ¿Puede entender esto el salvadoreño y el gobierno?
Tengo entendido que en el gobierno (salvadoreño) Singapur es como su referente. Tanto Corea como Singapur, para hacer todo lo que hicieron, lo hicieron, vamos a decirlo así, de manera autoritaria, sería como una especie de la vía autoritaria al desarrollo.

¿Corea del Sur?
Sí, la salida. Ya después ambos países han cambiado, pero en su momento. Quizás las transformaciones que tienen que llevar a cabo son imposibles si no hay esa mano fuerte. Ahora, tanto Corea del Sur como Singapur lo que tienen es una industria tecnológica de avanzada; si bien es cierto se requiere invertir en educación, lo que necesita –porque así fue el desarrollo de los países hoy llamados desarrollados– (son) los requerimientos de la industrialización y había que formar las personas para que ocuparan esos requerimientos.

Él hablaba de ingenieros.

Pues, sí. Nosotros podemos estar formando ingenieros pero, si no hay las plantas, ¿verdad? Pero la apuesta del gobierno no va por ahí. La apuesta está en el turismo y el desarrollo turístico de la zona costera; por eso el Aeropuerto, el Puerto, el tren y su proyecto emblemático, Surf City. Hay otras actividades importantes, pero que no requiere ese tipo de población formada como los proyectos de generación de energía, para empresas que no absorben la mano de obra.

¿Hay oposición política?
Sí, hay oposición política. Ahí están los partidos de oposición y que ya estuvieron en gobierno, ahora están en la oposición, y otros más pequeños que recién han participado tienen apenas representación de un diputado, expresan una divergencia respecto a lo que hace el gobierno, algunos tienen alternativas en algunos temas, ejemplo en reforma de las pensiones. Ahora, otra cosa es si esa oposición es eficaz, si tiene capacidad política y podríamos decir que no, porque, aunque existan, en la Asamblea Legislativa su capacidad de incidencia es nula.

¿Cómo ve los partidos tradicionales, Arena y FMLN; van a desaparecer? ¿Se van a recuperar?
Necesito una bola de cristal. Uno puede pensar que esos partidos están contra el tiempo, tuvieron su oportunidad, ambos fueron gobiernos, pero no fueron capaces de demográficamente de generar una base que releve a los liderazgos tradicionales de ambos partidos. Y ahora que no son gobiernos, no tienen acceso a recursos, tienen limitadas sus finanzas, algunos con deudas, les será más difícil y porque no hay una propuesta, no hay una conexión, uno puede pensar que están como en una fase de desaparición, quizás de irrelevancia, pueden tal vez no desaparecer pero tener como antes Cambio Democrático o el PCN, que después de ser partido de gobierno en los 70 ahora lo tenemos con dos o tres diputados. Gana misma, que se coló como el tercer partido y jugó esa posición en las relaciones con Arena y el FMLN, también perdió representación y creo que también van a seguir perdiendo representación. Ninguno de esos partidos se ve que esté atrayendo potenciales votantes, más bien pareciera ser que el rechazo sigue aumentando por esa desconexión. No hay algo que enamore a nuevos votantes jóvenes, no veo hoy y me cuesta imaginarme jóvenes incorporándose a Arena o FMLN con el entusiasmo como lo habrán hecho hace 30 años. No sé si van a desaparecer, pero que su relevancia política disminuida siga disminuyendo, es muy probable.

Me preocupa que, aun cuando tuviese la mayoría, el presidente realmente pueda gobernar otros cinco años por las restricciones en las finanzas públicas; cuesta imaginar que después de 10 años vaya a salir con la popularidad que tiene”.


¿Por qué no arrancan los partidos Nuestro Tiempo y Vamos?
Yo creo que esos partidos surgieron en un mal momento para ellos porque el descontento que podía haber canalizado hacia ellos lo absorbió el partido Nuevas Ideas y hay un elemento que no solo en El Salvador sino es más general en el continente en América y en Europa; y es que hay un componente afectivo emocional que cada vez pesa más en la política y en la contienda electoral. Y eso lo saben explotar, el partido de gobierno.

Su comunicación permanente logra activar, se lo voy a decir de esta manera, todo el sistema límbico, comenzando por la amígdala, que es el centro neurálgico de control de las emociones, por lo tanto, se trata de procesos inconscientes. No son racionales, por eso cuando dicen: ¿pero y por qué si pasa esto o pasa lo otro, por qué la gente sigue apoyando?, porque no es un proceso consciente, la gente está reaccionando más con las entrañas, más emocionalmente que racionalmente y en eso lleva ventaja la comunicación del gobierno en El Salvador... Eso está llegando también a los estudios sobre la política; en El Salvador casi nadie habla de eso. Pero ya uno puede encontrar artículos por lo menos de 2010 hacia acá, en revistas sobre política y incluso tratando de explicar comportamiento electoral atendiendo a este elemento afectivo emotivo... El rechazo es una emoción, entonces, hay una manipulación, se ha desarrollado técnicas de neuromarketing... técnicas basadas en el conocimiento de cómo funciona el sistema nervioso central y la emoción.

La oposición, con este asunto, no tienen ni idea, ni siquiera les pasa por la cabeza de ese componente. En cambio, el gobierno, sí; porque lo está empleando permanentemente. El storytelling como técnica es explotado enormemente por el gobierno para mantenernos en un estado emocional permanente, por eso es el tipo de comunicación que a cada rato viene algo nuevo, un mensaje nuevo y todos están hablando de eso y eso está alimentando permanente, como un estado de dopaje emocional. Así pasamos. La oposición no entiende eso y se queda solo hablando de que la violación de los derechos humanos, el régimen de excepción, la democracia, muy racional, no digo que no tengan razón, pero eso difícilmente va a traerles electores.

“Es altamente probable que sea reelecto, no necesariamente porque ha aumentado su popularidad, sino más bien porque no tiene rivales que le resten”.


¿A ese modelo responden políticas de los 300 dólares en pandemia para implantar la idea del Estado protector o discursos de rechazo a los acuerdos de paz?
Son cosas diferentes. El reparto de bienes busca fortalecer vínculos clientelares porque te doy esto a cambio tu lealtad, es un tipo de estrategia clientelar.



Aunque le genera un sentimiento...
Pero para generar un sentimiento no es necesario entregar nada. El reparto lo hacía el PCN, lo hizo Arena, lo hizo el FMLN, eso es viejo y lo hacen en todos lados, sobre todo cuando tenemos economías que son excluyentes como la nuestra. En cambio, generar vínculos afectivos es una técnica más de mercadeo que no necesita dar algo, sino hacerle creer de que, si usted apoya a este líder, va a sentir más satisfacción. Eso derivó en estudiar cómo funciona todo el sistema que controla las emociones en los organismos y de ahí vino el neuromarketing, pero las técnicas de neuromarketing fueron trasladadas al ámbito político y hoy las campañas tienen ese componente muy fuerte. No necesita más que generar sentimientos de identidad, para eso alimentarle a usted el rechazo hacia algo y ponerse que es lo más horrible, por eso los Acuerdos de Paz, una farsa; la guerra una farsa; estos son los responsables de todos los males pero no hay ninguna prueba de que sean los responsables.

La gente está reaccionando más con las entrañas y en eso lleva ventaja la comunicación del gobierno en El Salvador, pero también está pasando en otros lados”.


¿Cuál es el escenario que ve usted después de las elecciones del 2024?
A partir de las encuestas, el presidente, si cumple su deseo de competir, es altamente probable que sea reelecto, no necesariamente porque ha aumentado su popularidad, sino porque no tiene rivales que le resten. Yo me pregunto, si se habla de 60,000 o más de gente afectada por el estado de excepción, puedo imaginar que todos los familiares de esos 60,000 no van a votar por el presidente.

Por eso es importante recuperar de otro lado esos votos que se van a perder. Me puedo imaginar que la gente que, con la reforma de pensiones no va a ver mejoras, sino que incluso hasta va a tener que cotizar estando pensionado, puedo pensar que no va a votar por el presidente. Pero tiene todavía de dónde jalar y por eso digamos este tema del voto desde el exterior; en San Salvador, tiene 24 diputados, todavía le puede quitar al FMLN, a Arena, a Gana.

¿Nuevas Ideas va a mantener los 56 o va a aumentar?
Eso es bien difícil decirlo, no tengo evidencia, puede ser, pero que vaya a tener mayoría simple, por lo menos, creo que sí. Que obtenga otra vez la mayoría calificada, podría ser, están haciendo su parte para hacerlo y, por el lado de la oposición, no se ven candidaturas que puedan disputarle al presidente mismo. Eso, con el problema de que se tratará de una elección que violentando el hecho de que no esté permitida la reelección. Habrá que ver cuál realmente cuál va a ser la posición de los partidos frente a eso, si van a competir en la elección presidencial o no.

Más me preocupa que, aun cuando tuviese la mayoría, el presidente realmente pueda gobernar otros cinco años por las restricciones en las finanzas públicas y en la economía, que ahí no tiene control. Igual, puede haber una bonanza, no sabemos, pero me cuesta imaginar que, después de 10 años, él vaya a salir con la popularidad que actualmente tiene.

No hay algo que enamore a nuevos votantes jóvenes, yo no veo hoy y me cuesta imaginarme jóvenes incorporándose a Arena o FMLN”.


¿Qué tipo de gobierno espera para un segundo mandato del presidente Bukele?
Si los proyectos estratégicos no los va a poder completar en lo que queda de su primer mandato, su segundo mandato va a ser de la consolidación de eso. Por eso me imagino que se están apresurados con el tema del aeropuerto en Oriente, si pretenden desarrollar más en la zona de Usulután, La Paz, La Libertad, necesitan ese tiempo, creo que estarían dedicados a eso, veríamos como un mayor protagonismo en ese sentido de la DOM (Dirección Nacional de Obras Municipales), porque para eso ha sido creada, no tanto para así apoyar a las municipalidades dentro del país, sino que para apoyar los proyectos que sean considerados como estratégicos y de interés público.

Ahora, en materia política, pues dado lo que estamos viendo actualmente, lo que podríamos tener es todavía un mayor cierre de espacios de expresión, de organización, de acceso a la información, transparencia, porque eso es lo que estamos viendo. Sería como una vuelta a la tuerca para zocar más, para tratar de sacar más riqueza, a lo mejor hay una reforma a la ley que prohíbe la minería metálica. Entonces, una economía que no es capaz de generar los suficientes empleos puede producir, entonces, que más gente siga saliendo del país.

¿El Salvador sigue en un régimen híbrido hablando de democracia?

Sí, en un régimen híbrido, elementos democráticos en materia de elecciones, digamos, pero ya vamos a tener un problema en eso que es la candidatura del presidente. Al ser inconstitucional, vamos a tener un problema de legitimidad de esa candidatura y, por lo tanto, del gobierno que salga de ahí.

Entonces, ya eso puede ser un paso que nos acerque más a otro tipo de régimen de carácter autoritario; si para sostener a ese gobierno que resulte electo ciertamente con el voto popular, pero los gobiernos del PCN eran el electos a través de elecciones también va y hacían obras y lo que sea, yo creo que, para mantener eso y los proyectos económicos de carácter extractivo, se requiere entonces más manos duras con la sociedad y eso suponga más restricciones en materia de derechos, la ruta nicaragüense estamos siguiendo. Podría haber un desvío, ¿verdad?, pero ahorita no parece que haya esa decisión.

El perfil

Álvaro Artiga, politólogo

Trayectoria académica: director de programa de maestría en Ciencia Política, director de la maestría y doctorado en Ciencias Sociales de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA).

Estudios: Doctor en Ciencia Política y de la Administración de la Universidad de Salamanca, España, maestría en Ciencias Sociales de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso). Licenciado en sociología e ingeniero civil.