Tres profesionales salvadoreños respondieron a la pregunta si es realista, posible y conveniente que El Salvador pueda generar energía eléctrica instalando unas plantas nucleares en su territorio.
Diario El Mundo consultó con un ingeniero eléctrico docente de la Universidad de El Salvador, un doctor en Física de la Universidad de Darmstadt, Alemania, y el ambientalista Luis González, director de incidencia de la Unidad Ecológica Salvadoreña.
Recién aprobada la Ley de Energía Nuclear, a Carlos Martínez, profesor de ingeniería eléctrica de la Universidad de El Salvador (UES), le pareció un proyecto muy genérico y muy a largo plazo. No lo cree factible porque este tipo de plantas son extremadamente caras, aparte de que países como Alemania y Bélgica las están cerrando.
Alemania cerró sus últimas tres plantas de energía nuclear en abril de 2023 en una lucha antinuclear atribuida en parte por el desastre nuclear de Fukushima en 2011.
“Me da la impresión que es como el bitcoin, lo veo distante que algo así llegue a cristalizarse”. Carlos Martínez, ingeniero eléctrico, docente universitario.
En primer lugar, recordó que El Salvador no tiene uranio ni plutonio y que incluso Estados Unidos tiene problemas ya que es un elemento que posee Rusia, nación con la que tiene conflictos.
Martínez consideró que la reactivación de plantas de energía nuclear requiere una inversión millonaria.
Un ejemplo, dijo, es la planta nuclear ubicada en la isla Tres Millas, en el estado de Pensilvania, Estados Unidos, una estación que sufrió en 1979 un accidente nuclear debido a una falla en un circuito por una avería, pero que volverá a operar en 2028 luego de que Microsoft, de Bill Gates, se comprometiera a comprar el 100 % de la producción de la electricidad durante 20 años.
“La capacidad de la planta, luego de perder un reactor en 1979, debido a un grave accidente nuclear, es de 835 MW. El plan de reactivación se ha estimado en cuatro años, con un costo de $1,600,000,000 ($1,600 millones) y, además, recibirá beneficios fiscales y subsidio federal”, comentó.
Otro de los proyectos que muestra el costo de este tipo de energía es el de Georgia, según Martínez, en donde el precio de los reactores se disparó al doble de lo proyectado, de $14,000 millones a más de $30,000 millones. “Es carísimo, esos dos reactores en Giorgia, ¿quién va a pagar ese costo?” preguntó.
"Puede costar $300 millones"
Por su parte, el director de la Escuela de Física de la UES, Rafael Gómez Escoto, calculó que la inversión que requeriría una estructura modular de energía nuclear sería únicamente de $300 millones."Una planta nuclear moderna, digamos, en la estructura modular con que ahora se instala puede costar $300 millones. Realmente los costos no son tanto el problema porque puede ser asequible, pueden haber instituciones que financien si es que el país tiene dificultades para financiarlo", indicó.
Para el profesional, quien reveló que la Escuela de Física de la UES ha participado en las conversaciones sobre el pretendido proyecto nuclear en El Salvador, el problema es si se tiene la capacidad humana y social para la instalación. Él explicó que se requiere un lugar con abundante agua, con poca densidad poblacional, sin conflictos y sin mucha actividad sísmica. La Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA) debe evaluar si El Salvador cumple requisitos.
El torio, ¿la alternativa al uranio?
Según el físico, hay nuevas tecnologías que promueven el uso del torio en lugar del uranio para la generación de energía nuclear. El torio, dice, produce menos desechos radiactivos y presenta menos riesgos."Las cantidades que se requieren son pequeñas, kilogramos, eso se puede comprar, es asequible, es más barato que el uranio y produce menos desechos radiactivos y tiene menos riesgos para producir armas. El uranio, sí".
Rafael Gómez Escoto, director de Escuela de Física de la UES.
Para Luis González, director de incidencia de la Unión Ecológica Salvadoreña (UNES), si bien el torio genera menos radiación que el uranio, no deja de generar radiación.
“Según una química y física, genera menos radiación pero sí genera radiación y, a la hora de hacer una planta de energía nuclear a base del torio lo que podría pasar es que la cantidad de desechos que se generen sea menor, pero si hay un desastre igual va a haber afectación para la región centroamericana”, dijo.
Sin embargo, el gran problema que ve este ambientalista es que en El Salvador nunca ha habido un adecuado control de las industrias y empresas que dañan al medio ambiente.
En base a principio de precaución de la ley del medio ambiente, es mejor no permitir una industria que no sabemos cuál va a ser su potencial daño en el ambiente y, además, si no tenemos capacidad para regularla, darle monitoreo y seguimiento”.
Luis González (UNES).
Uno de los argumentos a favor de la generación de la energía nuclear en El Salvador es que se han agotado las fuentes de energía posibles que por ahora son principalmente hidroeléctrica (56.6 %), geotérmica (19 %) y gas natural (13 %).
La UNES reconoce que cada vez es menor la capacidad de las represas para generar energía eléctrica porque se van azolvando de tierra, perdiendo profundidad, pero sugiere darle un adecuado mantenimiento a las represas, con dragado, y al bosque para atrapar los sedimentos.
Esto podría ser una alternativa a la energía nuclear, según la UNES, además de "una política que genere ahorro y uso eficiente de la energía".