Un 48.65 % de los salvadoreños quiere vivir en estado de excepción y un 48.41 % dice que acepta un gobierno fuerte autoritario, es decir, cinco de cada diez salvadoreños.
A la cuarta parte de los salvadoreños le es indiferente que los salvadoreños vivan o no en un régimen de excepción, o con un gobierno fuerte y autoritario; y la otra cuarta parte rechaza ambas situaciones.
El régimen de excepción fue instaurado en marzo de 2022 y lleva ya su 28a. prórroga, entre elogios que destacan 81,100 capturados y críticas que señalan 305 muertes de detenidos documentados por Socorro Jurídico Humanitario (SJH) o 261 según la asociación Cristosal; y más de 6,000 supuestas violaciones a derechos humanos.
Pese a que la mitad de los salvadoreños simpatiza con un gobierno autoritario, un 61.73 % sigue aceptando la democracia como forma de gobierno. Solo un 9.32 % de los salvadoreños rechaza la democracia. En este tema siempre aparece un cuarto de la población indiferente: 24.61 %.
Bukele, quien funge su segundo mandato luego de una reelección inmediata en medio de una polémica constitucional, ya ha armonizado en su discurso la "democracia" con la existencia de un partido único: “Sería la primera vez que en un país existe un partido único en un sistema democrático”, pronunció el 4 de febrero al prever una legislatura dominada por su partido Nuevas Ideas con apenas 3 diputados de oposición. La oposición fue disminuida al mínimo junto a una estrategia de reducción de 84 a 60 diputados y el cambio de fórmula de cálculo de escaños.