El director de Centro de Estudios Ciudadanos (CEC) de la Universidad Francisco Gavidia, Óscar Picardo Joao, cree que el presidente salvadoreño, Nayib Bukele, es el paraguas de "todo" porque transfiere imagen positiva incluso a la Fuerza Armada de El Salvador (FAES), algo que no cree que sea un arma de doble filo ya que la imagen actual de los militares “es muy débil" en comparación a los tiempos de La Tandona.

Dice que la imagen del gobierno es una combinación de elementos reales con símbolos, el cambio en seguridad y una maquinaria de propaganda muy agresiva que llega a los 100-150 videos diarios en YouTube a favor de Bukele. Explicó decidieron titular la más reciente encuesta como “La gente tiene fe” porque la fe es una “forma de conocimiento en donde la evidencia no importa”, ya que ante gran cantidad de investigaciones periodísticas, la nota sigue intacta.

Picardo señala que el presidente limpió las ciudades de las pandillas pero advierte que “si no logra lo económico, ahí puede venir un desencanto”. El investigador destaca que las opiniones que respaldan la reserva de información o medios oficialistas “más que apoyar es no entender” porque ningún ciudadano puede apoyar la reserva de cómo se usan sus impuestos.

¿Por qué la encuesta se llama “La gente tiene fe”?

Estamos ante un público muy religioso pero también hemos notado que se ha creado un poco racional, nosotros decíamos la gente tiene fe, entendiendo la fe como una forma de conocimiento en donde la evidencia no importa.

Porque hemos visto un montón de casos, investigaciones periodísticas, escándalos, en el caso de la Asamblea Legislativa lo que se dio con los asesores y las planillas, y la nota intacta. En el caso del Presidente, lo del helicóptero, lo de COSAVI (Cooperativa de Ahorro y Crédito Santa Victoria), lo de las fincas de café, lo del edificio y la nota intacta.

Entonces, decíamos, aquí no está primando la razón, sino una relación emocional cuasi religiosa en donde la gente le cree.


Hay un motivo también, el tema de seguridad le cambió la vida a la gente, a raíz de eso se generó esa conexión, el tema de pandemia, la actitud paternalista de vacuna, las cajas de alimentos, los $300, todo eso fue generando una atmósfera y una relación casi religiosa, por esa razón, titulamos la gente tiene fe en el Presidente, no en su equipo, no en sus políticas, sino en la figura él. También, hemos visto una maquinaria de propaganda muy agresiva, con muchos videos, nosotros monitoreamos, a veces se producen 100, 150 videos en YouTube a favor del Presidente.

¿Cien videos cada cuánto?

Diarios, diarios, llegamos a identificar 100 videos diarios con un nivel de producción sofisticado y videos en Colombia, Chile, México, todo un sistema de comunicación que ha fortalecido, reforzado y magnificado cualquier noticia, por ejemplo, vino Google a firmar un contrato por $500 millones que era una venta de servicios, más que una inversión, a esa noticia le dieron la vuelta y resultó que Google había escogido a El Salvador y que venía a invertir, se creó una narrativa muy sofisticada y eso ha calado la mentalidad de la gente.

La imagen de Bukele ya estaba construida antes del régimen de excepción, pero veníamos de una disminución gradual de homicidios, una tregua y una disminución drástica, y el régimen de excepción extrae a los pandilleros de las colonias, hay algo concreto se podría decir. Bukele se mantiene, ni baja al 7 ni sube al 9, ¿qué tan auténtica o artificiosa es esta imagen estable de Bukele?

Es una construcción sólida... Bukele, cuando empieza en Nuevo Cuscatlán, empieza en base a su experiencia como asesor con las campañas. Son como dos planos de análisis: por un lado, hay acciones reales y, por otro lado, hace acciones simbólicas. En Nuevo Cuscatlán, sucedieron las dos cosas: prometió una inversión de $1,000 millones que nunca llegó, pero hizo algunas reformas a nivel de la plaza, biblioteca, cambió la imagen de Nuevo Cuscatlán. En San Salvador sucedió lo mismo, creo que él es una persona que maneja muy bien ese mundo entre los símbolos y la realidad.

Con el tema de seguridad, los homicidios, no solo en El Salvador, en Honduras y Guatemala venían en descenso. Pero, cuando se dan estos chantajes, las rupturas de relaciones y, cuando empieza lo que se llama el Plan Control Territorial, las capturas, es innegable, el país cambia.


Podemos estar en desacuerdo con muchas cosas con el Presidente, pero si hay algo que él logró y que sigue teniendo un peso importante es que tú puedas llegar a tu casa tranquilo, a las 11, a las 12 de la noche, ir al centro a la 1 de la mañana. Limpió literalmente y socialmente a todas las ciudades de las pandillas, porque no solo en San Salvador, es en todo el país. Creo que eso fue para la gente muy importante y de mucho peso, a raíz de eso se genera esa conexión y ahora viene el otro desafío, que es el económico. Si logra lo económico, apaguemos la luz y nos vamos, y lo dejamos a él solo.

Pero si no logra lo económico, ahí puede venir un desencanto. Lo que pasa es que lo económico no depende solo de él, sino que hay variables globales. (La imagen del presidente) es una construcción mixta entre hechos fácticos y aspectos simbólicos, no tan reales.


¿A la población parece que no le interesa mucho la reserva de información pública o la dispensa de trámites de la Asamblea Legislativa?

Hicimos un cruce de variables. En una pregunta específica, sobre todo en la confianza de los medios, en el cruce dice que las personas sin ninguna formación académica y con nivel de primaria son las que valoran la confianza de un medio si el presidente Bukele lo apoya. Los que tienen tercer ciclo valoran a los periodistas que posee el medio de comunicación. Las personas con nivel académico de bachillerato y universitario valoran la trayectoria y la independencia del medio. Creo que eso tiene que ver con la escolaridad, la escolaridad del país es 7.3 grados, es baja. Entonces, más que apoyar yo creo que es no entender, yo creo que ningún ciudadano puede decir ‘yo prefiero estar sin derechos’ o ‘apoyo que reserven la información de mis impuestos’.

Yo veo dos cosas: primero, un nivel de escolaridad baja y, segundo, un tema que no tenemos evidencia pero que vamos a construirla, que es la ausencia total de pensamiento crítico en el sistema educativo. Creemos que nuestros estudiantes, sobre todo ese casi 40 % de gente con bachillerato que respondió nuestra encuestas creemos que tiene una ausencia total de pensamiento crítico y que esa es una falla del sistema educativo y es algo que está progresivamente empeorando desde la pandemia para acá.


¿Se indagó algo del miedo y autocensura de la población?

En otras encuestas hemos tocado el tema del miedo pero es un resultado tenue, la gente no manifiesta o es poco significativo.

La encuesta pone parejos al presidente, Fuerza Armada y Policía en imagen positiva. La seguridad tiene incluso mayor nota que el presidente Nayib Bukele. ¿Por qué?

Creo que revela una forma tanto inconsciente y consciente de lo importante que fue en el pasado la seguridad que no tuvimos y la que tenemos ahora, de hecho, se ha valorizado mucho el tema de las Fuerzas Armadas y la Policía a niveles que, en la medición de otra pregunta, está muy por arriba de las iglesias cuando antes las iglesias eran bien valoradas. Y también el Presidente creo que se ha afianzado mucho en ellos, su política del Plan Control Territorial está sustentada en potenciar una Fuerza Armada beligerante, potente, equipada, en todos sus videos, muestra mucho el último video que hizo, un montaje como de 20,000 soldados, los cercos que han hecho, eso cala en la sociedad educadora desde el punto de vista comunicacional, que es gracias a eso que tenemos la seguridad y la gente lo apoya y confía en ello.

¿Esta confianza hacia el Presidente y la confianza hacia la Fuerza Armada-Policía son interdependientes entre ellas?

Lo que hemos visto es que es el Presidente, es la figura de él, es el paraguas de todo, si él particularmente en el caso de los diputados o del partido él transfiere, si él en su mensaje levanta el tema de las Fuerzas Armadas le transfiere más y, si lo baja, lo transfiere menos, pero creo que él es como el eje.

Es un tema como muy personal, aunque suene feo pero es como muy mesiánico, es él el que decide si se va con Gana (Gran Alianza por la Unidad Nacional), gana las elecciones, si lo abandona y se va con Nuevas Ideas, gana Nuevas Ideas. Y justamente en esa pregunta malvada de los medios también es evidente la confianza en un medio, para esa gente de muy baja escolaridad, es que el Presidente lo apoye. Y, cuando medimos en una encuesta hace un par de años, medimos varios medios, los más altos eran Canal 10 y Diario El Salvador cuando sabemos todos que Canal 10 no era un medio potente y mucho menos Diario El Salvador, que era nuevo, frente a medios que tenían más de 50 o 100 años.

Pero la dinámica es, si él se acerca, si él le brinda su paraguas, cambia la cosa.


Ahora, esta transferencia de confianza a un grupo como la Fuerza Armada, ¿no es un arma de doble para él mismo o el gobierno?

Creo que tiene una doble racionalidad desde la óptica de él, por un lado, el tema de seguridad, la capacidad beligerante que pueda tener la Fuerza Armada para contener pandillas, narcotráfico, crimen organizado, etcétera, pero por otro lado también es una herramienta de respaldo y seguridad política para él, eso lo hemos sabido siempre en la historia latinoamericana, que cuando el ejército respalda a un presidente tiene la mitad de la tarea hecha, lo vimos en el caso hondureño cuando extraditaron a Mel (Manuel) Zelaya, fueron los militares.

¿Pero se vuelve un poder hasta cierto punto independiente?

En determinado momento podría salirse del guacal alguien, transferirle mucho poder pero dado los perfiles, si tú ves hoy por hoy, inclusive la imagen de militares es bien débil en comparación al pasado, antes en La Tandona sabías quién era quién, Zepeda, Ponce, Chato Vargas, eran mucho más visibles, en cambio ahora, (René Francis) Merino Monroy –ministro de la Defensa Nacional– es bastante apagado y el resto no sabemos quiénes son, son mediáticamente débiles. Entonces, él no está empoderando figuras, sino un “establishment” militar, que sí es riesgoso porque, no sé, en un futuro pudiera darse cualquier cosa, pero yo lo veo más como una garantía de él, les tengo bien equipados, les doy presupuesto, los apoyo, les doy bono, ellos me apoyan, se genera una atmósfera de seguridad para ellos.

¿Ve usted un rumbo económico a partir de las últimas movidas económicas del gobierno?, me llama la atención que la población plantea que el país debe apostarle a la educación.

Hoy justamente estábamos viendo este estudio de reformas que se han hecho en la Asamblea Legislativa, de las 1,500 reformas, 500 son fiscales y tributarias, 170 administrativas, 118 económicas, educación un 1 %, seis reformas. Las reformas que hizo la Asamblea desde que él es presidente.

No se ven temas educativos potentes, la Ley de Educación Superior se engavetó, Mi Nueva Escuela el presupuesto se bajó, no refleja que en las políticas educación sea prioritario, sabemos que tiene un presupuesto grande pero ha bajado y sin embargo el de las Fuerzas Armadas ha subido y el de Casa Presidencial también. Es la mejor radiografía de las prioridades, desde lo doméstico a lo macro; en el presupuesto tú ves qué cosas te importan. Pese a que la gente lo dice, no se nota, la UES (Universidad de El Salvador) postrada, con deuda, no hay ningún indicio que diga que a esta gente le preocupa la educación y (que) están haciendo algo para cambiar esto.

No hay ningún indicio que diga que a esta gente (al gobierno) le preocupa la educación y (que) están haciendo algo para cambiar esto.


¿Pero hay un rumbo económico?

Económico, sí, se han hecho muchas reformas para el tema digital, no solo bitcoin, sino otros, facturación digital, creo que se está preparando la transición a una economía digital, la mayoría justificadas, algunas que son dudosas, como esa de exonerar de impuestos a los que inviertan en edificios, pero es una forma de traer de inversores.