La investigadora especializada en derechos humanos cree que El Salvador podría colocarse “a nivel” del expresidente peruano Alberto Fujimori y del presidente nicaragüense Daniel Ortega al renunciar de la Organización de Estados Americanos (OEA) y a su vez de su Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Medrano asegura que esto ocurre porque El Salvador estaría evadiendo el monitoreo que se haga al país sobre su compromiso de cumplimiento a los derechos humanos reconocidos a nivel internacional.

El Salvador se estaría colocando a nivel de Fujimori y Ortega al pretender sacudirse la labor de monitoreo al compromiso que como Estado salvadoreño se ha suscrito de cumplir con compromisos internacionales en materia de derechos humanos”.

Celia Medrano, investigadora especializada en derechos humanos.


Explicó que en la historia reciente del Sistema Interamericano de Derechos Humanos el caso más conocido en el cual un Estado ha desconocido la jurisdicción del la Corte Interamericana de Derechos Humanos fue Perú durante el gobierno de Fujimori, expresidente peruano condenado por corrupción y crímenes de lesa humanidad.

“Con ello pretendía evadir el cumplimiento de responsabilidades internacionales en materia de derechos humanos, a partir de una sentencia y violaciones cometidas por el gobierno peruano. El final lo conocemos todos. Fujimori ha sido juzgado y condenado por hechos ocurridos durante su mandato. No pudo evadir sus responsabilidades y el Estado del Perú nuevamente reconoció al Sistema Interamericano de Derechos Humanos”, asegura la especialista.

Las víctimas de Fujimori, señala, se están apoyando en la jurisprudencia de la CIDH para fundamentar su oposición al indulto, restablecido por el Tribunal Constitucional del Perú.

Medrano cree que el caso de Nicaragua también podría ser un ejemplo del camino que podría tomar El Salvador, ya que también ha anunciado su retiro de la OEA.

De acuerdo a Medrano, grupos de poder que controlan Casa Presidencial en El Salvador estarían convencidos de la existencia de un drástico cambio internacional de fuerzas que cambian correlaciones en el mundo en donde Estados Unidos pierde hegemonía mundial.

El silencio de El Salvador sobre Ucrania sin condenar esa guerra es reflejo de ese convencimiento, como lo es también el atacar el sistema interamericano de derechos humanos bajo la premisa de que es una estructura de la OEA y opera bajo control del gobierno de Estados Unidos, que estaría perdiendo hegemonía mundial”.

Celia Medrano, investigadora especializada en derechos humanos.


Esta lógica, advierte, “niega algo más fuerte que correlaciones internacionales, que es el respeto de la dignidad de la humanidad misma”, argumentando que condenar violaciones a derechos humanos según la conveniencia “aisla a El Salvador de la reivindicación de la humanidad”.

El martes, el presidente Nayib Bukele acusó a la CIDH de defender a los pandilleros en El Salvador, luego de que la CIDH le pidiera revertir las medidas tomadas en los centros penitenciarios como la reducción de alimentos e implementos de higiene y encierro permanente. "Los países deberíamos de evaluar retirarnos de estas organizaciones internacionales que solo buscan mantener a nuestra gente sufriendo”, indicó el mandatario salvadoreño, que ordenó endurecer las medidas contra los reclusos luego de la más sangrienta ola de homicidios desde el inicio del registro de violencia en El Salvador en 2002.