Diario El Mundo entrevistó a Zamora, minutos después de que el activista crítico del gobierno actual participara en una conferencia de prensa en donde consideró que el nombramiento de la designada presidencial Claudia Juana Rodríguez de Guevara fue un fraude a la Constitución. En esa ocasión, dijo que el pueblo tiene derecho a la insurrección pacífica.
¿Ustedes hacen o no un llamado a la insurrección o hacen un llamado a la insurrección pacífica o no hacen dicho llamado?
Lo que dice en el artículo es un deber del ciudadano, del pueblo, a hacer insurrección, si quieren hacer esto Bukele y compañía. Antes de eso, hay un derecho de los ciudadanos de asociarse, o sea, formar organizaciones, todos lo podemos hacer, siempre y cuando eso no sea dañar a otra persona, que sean pacíficas y que no tengan armas.
¿Pero ustedes no están exhortando ustedes, simplemente están protestando?
Diciéndole al pueblo que él como ciudadano está bajo la obligación de insurreccionarse, pues por algo dice la Constitución. La Constitución lo dice. Aquí está. En el 86, 87, 88. La alternabilidad es indispensable para el mantenimiento de la forma de gobierno y el sistema, no se puede cambiar eso, punto, la violación de esta norma obliga a la insurrección. ¿A quién le obliga? A quien manda, ¿y para dónde manda la Constitución?, a la gente, al pueblo.
Ahora, el ambiente que se está viviendo es de temor y censura, son pocos los que protestan, realmente son pocos.
Yo lo planteo de esta manera: el número de personas desafectas con el gobierno ha subido. Según Bukele solo era el 3 %, ahora ya sube al 20. Por lo tanto, hay un crecimiento del rechazo al gobierno, segundo, hay una baja grande del presidente, después de ser el 93 % que lo apoyaba ahorita anda en 45 a 50. Frente a eso, el problema es que los partidos políticos están en una crisis fuerte, no solo aquí, en casi todos los países del mundo, hay una crisis de legitimidad de los partidos y eso los ha llevado a un “enconchamiento”, que les hacen cualquier cosa y no dicen nada, empezando por los dos más grandes. Entonces, ese hoyo lo está llenando, ¿quiénes?, lo único que queda, la sociedad civil, que somos nosotros, lo cual es bastante difícil, no es fácil. Pero entonces lo estamos haciendo sobre la base de la Constitución; nosotros de guerrilla nunca hablamos. Nunca. ¿Por qué? Porque a nadie se le va a ocurrir luchar para hacer guerrillas ahora, verdad, no existe, para cuando empieza la guerra es cuando se puede, ya, no es así.
O sea, que en ese sentido nosotros estamos (tomando) esa actitud, pues, pero diciéndole a la gente la verdad, ¿eso que significa?, que muchos pierden trabajos, todos mis hijos, de los cuatro que me quedaban aquí, tres estaban trabajando, dos en el gobierno, otro recibiendo de afuera dinero en un trabajo social y el otro privado.
¿Y ha recibido amenazas o presiones?
Amenazas, insultadas y todo. Sobre todo, Marcela, que es la cineasta, la organización que ella ha formado tuvo que cerrar (el proyecto) porque le prohibieron a todas las empresas que hicieron trabajo con ellos. Después de que le decían que ‘sí, es muy bueno el proyecto’, ‘vamos a hacerlo’. Le había dicho el alcalde que sí. Le dan el primer poco de dinero, pero no venía el papel (permiso) de la alcaldía... Al final le dijeron que ha venido una nota de Casa Presidencial que todo proyecto con dinero de fuera que hagamos antes tiene que mandarse a Casa Presidencial. Adiós independencia municipal. No sé si se los mandó a todos. Ella tuvo que devolver dinero que ya le habían dado, se tuvo que ir porque la misma organización le dijo ‘en México estamos haciendo una cosa muy similar’. Eso está pasando. Los otros dos hijos, que trabajaban en el gobierno, echados inmediatamente.
¿Usted está vetado?
Pero por culpa mía.
¿Pero va a seguir?
Yo sí. ¿Y cómo voy a hacer? Si yo tengo 81 años, y esto lo estoy haciendo desde que tenía 15 años, ya no puedo..., me moriría...
¿Cómo ve la oposición?, ¿desaparecerá Arena y FMLN?
Entra la sociedad civil a sustituir, pero en una campaña electoral no se puede, eso es de partidos políticos. Entonces, aunque no querían mucho la mayoría de las organizaciones, pero entendieron eso, no podíamos poner ni candidatos porque no se puede, ni para diputados, solo para alcalde podíamos hacer.
Todo eso, se tuvo que educar primero y después vienen ellos, tres partidos de oposición, nos dicen: ‘miren, nosotros realmente no tenemos ni el dinero ni el candidato, ¿por qué ustedes no nos buscan gente de sociedad civil que atraiga a la gente? Nosotros dijimos: si no van a poner presidente o van a poner uno que no sirve para nada, para ver perder más votos que antes, ya, entonces, estamos hundidos, nosotros lo que queríamos era meter a la Asamblea, no estábamos jugando a ganarle a Bukele, no lo veíamos posible con la situación de los partidos.
Se formó un núcleo allá, otro acá, a buscar, y nadie quería, nosotros teníamos una lista de 12 que fue después de 14 que podrían ser, nadie nos decía. Y de repente, yo no sé por qué, no empezaron a salir, sí, todos de Estados Unidos, pero vino el problema que de no tener candidato teníamos seis candidatos para presidente y vicepresidente. Entonces, fuimos a los partidos de oposición, ‘aquí están quienes pueden ser, ahí ustedes decidan’, ‘ustedes qué quieren, que nos pongamos a pelear’, porque uno de ellos decidió ‘o es el nuestro o no’, y ahí se quebró la cosa y, por eso, entonces, ¿ahora qué hay en definitiva? Cinco candidatos de oposición.
¿Una oposición dividida?
Una oposición dividida. Cuando estás platicando con ellos todos te dicen lo mismo: aquí hay que respetar la Constitución y respetar las reglas, reconstruir la democracia. Esta elección es para impedir que lo que se está quebrando se termine de quebrar.