La Directiva 2022/2380 del Parlamento Europeo y del Consejo de la Unión Europea establece que los Estados miembros deben emplear este formato como cargador universal en equipos portátiles, siendo por el momento excepción los ordenadores y los 'smartwatches'.
Los computadores portátiles disponen de un plazo mayor de tiempo para adaptarse a esa nueva normativa, que se ha fijado hasta el 28 de abril de 2026. Asimismo, la norma exime de la adopción obligatoria del USB tipo C a los relojes inteligentes y las pulseras de actividad, debido a su tamaño y condiciones de uso.
La normativa, que entra en vigor este sábado 28 de diciembre, obliga a los fabricantes de 'smartphones' -incluido iPhone-, tabletas, cámaras digitales auriculares y teclados, entre otros, a contar que sus productos sean compatibles con USB-C en la UE.
Con esta regulación europea se busca la interoperabilidad de los sistemas de carga entre los dispositivos y la reducción de los desechos electrónicos, unas ventajas a las que se suma el ahorro de costes.