Starlink es una división de SpaceX, propiedad de Elon Musk, diseñada para crear una red interconectada de satélites en órbita con la que proveer internet a todas las zonas del mundo, incluso a aquellas donde se registran problemas de cobertura para conectarse a la red.
En agosto de 2022 la compañía anunció que se asociaba con el proveedor de telefonía T-Mobile para ofrecer una cobertura casi completa en la mayor parte del territorio estadounidense. Esto sería posible gracias a Starlink V2, que ofrecería una conectividad de entre 2 y 4 megabits (Mbits) por zona, unos niveles de conexión que previsiblemente permitirían las llamadas y los mensajes de texto, de forma que no serían suficientes para rivalizar con el ancho de banda.
Si bien estaba previsto que este servicio de Starlink y T-Mobile, Direct to Cell, empezara a operar en 2023, no fue hasta enero de este año cuando se desplegaron los primeros satélites con capacidad de dar cobertura móvil.
Poco antes Starlink había señalado que estos primeros seis satélites, que permitirían "la conectividad de teléfonos móviles en cualquier lugar de la Tierra" y que ayudaría "a eliminar las zonas muertas"; permitirían a los usuarios el envío de mensajes de texto (SMS) este mismo año. Las llamadas de voz y datos, así como la conectividad de dispositivos inteligentes se esperaba, en cambio, para 2025.
Sin embargo, no fue hasta ahora cuando Starlink recibió la autorización de parte de la FCC para seguir adelante con sus planes con una licencia comercial estadounidense que le permitirá proporcionar cobertura complementaria desde el espacio, según ha informado en su perfil de X.
En un documento compartido por la Comisión, este organismo reconoce que la conectividad de satélite a los dispositivos "puede respaldar beneficios críticos de interés público, incluida la conectividad ubicua, el acceso al servicio 911 desde áreas remotas, el avance tecnológico y el uso innovador del espectro".
Medios de comunicación como TechCrunch apuntaron que a pesar de que la luz verde de la FCC se ha retrasado más de lo esperado, esto es un logro para la compañía, que entrará en el mercado estadounidense antes que sus rivales. Es el caso de Lynk, que ya está en órbita, pero no tiene socios comerciales en Estados Unidos.
The Verge, por su parte, añade que la aprobación oficial de la FCC está sujeta a ciertas condiciones, debido a que este organismo aún no ha determinado si SpaceX puede aumentar la potencia de emisión de radio de sus satélites para admitir funciones como llamadas de voz y vídeos en tiempo real.