Botsuana niega las acusaciones de que se haya producido en su territorio una matanza de elefantes, como denunció recientemente una oenegé, y aseguró que el promedio de muertes de paquidermos es "normal".
"No, no hemos observado ninguna matanza masiva" afirma Churchill Collyer, jefe adjunto del departamento de parques nacionales y de la fauna (DWMP), que ha censado la muerte de 63 elefantes desde principios de año.
"Estamos en el promedio normal, como cualquier otro año. En todo 2017, perdimos 81 elefantes" afirma Collyer ante un grupo de periodistas.
La oenegé Elefantes sin Fronteras (EWB) afirmó hace quince días que al menos 90 elefantes muertos, con los colmillos arrancados, fueron encontrados en semanas anteriores en Botsuana.
Esta oenegé y el DWNP recopilaron estas cifras tras realizar un recuento aéreo de la población paquidérmica de Botsuana.
"Comenzamos el recuento el 10 de julio y hasta ahora hemos contado 90 cadáveres de elefantes", explicó entonces a la AFP el responsable de la oenegé, Mike Chase. "Cada día encontramos aún más", agregó.
"Se trata del episodio más grave de caza furtiva en África que jamás haya conocido", denunció Chase.
Además la oenegé vinculó el hecho a que recientemente las autoridades desarmaron a las unidades encargadas de luchar contra los traficantes de marfil.
- "Muerte natural" -
A la defensiva, el gobierno de Botsuana denunció estas estadísticas "falsas" y afirmó que parte de los paquidermos muertos murieron de "muerte natural".
Pese a ello, la "matanza" de los elefantes de Bostuana —el mayor santuario africano con más de 100.000 animales censados— ha ocupado las primeras páginas de la prensa internacional.
Para convencer a la prensa, las autoridades invitaron a los periodistas a una visita al parque Chobe (noreste), una de las mayores atracciones turísticas del país
Tras varias horas de sobrevuelo en helicóptero por la sabana local, se avistaron únicamente seis carcasas de elefantes, cuatro de ellos claramente víctimas de caza furtiva —según admitió Collyer— y los otros dos de aparente muerte natural.
"Hacen falta años para que desaparezca el cuerpo de un animal como el elefante" afirma el coronel George Bogatsu, jefe de la brigada local de rangers, sugiriendo que la lista de la oenegé incluye a elefantes muertos hace varios años.
Situado entre Zambia y Sudáfrica, Botsuana alberga la población africana más grande de elefantes en libertad, estimada en 2015 en 135.000 ejemplares.
La riqueza de su fauna ha convertido al país en el santuario favorito de los aficionados a los safaris de lujo y en uno de los polos del desarrollo de su economía, a pesar de que cuenta con una de las legislaciones más severas en materia de protección de fauna y medioambiente a nivel mundial.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) estima que el lucrativo tráfico de marfil es la causa de la caída en picada de la población de elefantes africanos.