Europa Press.


Radares en órbita han revelado que la prueba nuclear más reciente de Corea del Norte desplazó el terreno unos pocos metros y permiten estimar que es equivalente a 17 veces la bomba de Hiroshima de 1945.

Un equipo de científicos, dirigido por KM Sreejith del Centro de Aplicaciones Espaciales de ISRO (Organización de Investigación Espacial de la India), ha utilizado datos satelitales para mejorar las mediciones de las pruebas sismológicas en tierra en relación a los ensayos nucleares norcoreanos.

El nuevo trabajo aparece en un artículo en Geophysical Journal International, una publicación de la Royal Astronomical Society.

La detección convencional de pruebas nucleares se basa en mediciones sísmicas utilizando las redes desplegadas para monitorear terremotos. Pero no hay datos sísmicos disponibles abiertamente de las estaciones cercanas a este sitio de prueba en particular, lo que significa que existen grandes incertidumbres al determinar la ubicación y el tamaño de las explosiones nucleares que tienen lugar allí.

Sreejith y su equipo recurrieron al espacio en busca de una solución. Utilizando datos del satélite ALOS-2 y una técnica llamada Interferometría de radar de apertura sintética (InSAR), los científicos midieron los cambios en la superficie sobre la cámara de prueba como resultado de la explosión termonuclear de septiembre de 2017, ubicada en el Monte Mantap en el noreste de Corea del Norte. InSAR utiliza múltiples imágenes de radar para crear mapas de deformación a lo largo del tiempo, y permite el estudio directo de los procesos subterráneos desde el espacio.

Los nuevos datos sugieren que la explosión fue lo suficientemente potente como para desplazar la superficie de la montaña por encima del punto de detonación unos pocos metros, y el flanco del pico se movió hasta medio metro. El análisis detallado de las lecturas de InSAR revela que la explosión tuvo lugar a unos 540 metros debajo de la cumbre, a unos 2,5 kilómetros al norte de la entrada del túnel utilizado para acceder a la cámara de prueba.

Basado en la deformación del suelo, el equipo de ISRO predice que la explosión creó una cavidad con un radio de 66 metros. Tenía un rendimiento de entre 245 y 271 kilotones, en comparación con los 15 kilotones de la bomba 'Little Boy' utilizada en el ataque a Hiroshima en 1945.

El autor principal del estudio, doctor Sreejith, comentó: "Los radares satelitales son herramientas muy poderosas para medir los cambios en la superficie de la tierra y nos permiten estimar la ubicación y el rendimiento de las pruebas nucleares subterráneas. En contraste, en la sismología convencional, las estimaciones son indirectas y dependen de la disponibilidad de estaciones de monitoreo sísmico".

El presente estudio demuestra el valor de los datos InSAR transmitidos por el espacio para la medición de las características de las pruebas nucleares subterráneas, con mayor precisión que los métodos sísmicos convencionales.