El 80% de las aguas subterráneas de China están contaminadas, reveló el primer sondeo de las autoridades ambientales del país sobre la calidad de sus acuíferos, que este martes publicó la prensa oficial china.
El estudio, realizado mediante análisis de 2,103 pozos seleccionados en las principales cuencas del país, muestra que el agua de 1,685 de ellos no es apta para consumo humano, y una importante parte de éstos, 994 (un 47.3%), ni siquiera pueden destinarse a usos agrícolas o industriales.
Las mediciones corrieron a cargo del Ministerio de Recursos Acuáticos de China, que publica mensualmente datos de contaminación nacional pero hasta ahora nunca había analizado con detalle esas aguas subterráneas.
Los resultados indican que "la contaminación del agua es tan grave como la atmosférica", señaló hoy en reacción al informe la organización medioambiental Greenpeace, por boca de su especialista en sustancias tóxicas Ada Kong.
"Es positivo que el ministerio reconozca la magnitud del problema, el paso siguiente es emprender acciones serias para afrontar esta crisis", subrayó la experta.
La principal razón de esta contaminación es el excesivo uso de pesticidas y fertilizantes químicos en la agricultura, ya que muchas de sus sustancias contaminantes se filtran a través del suelo a los acuíferos subterráneos.
"La contaminación amenaza la salud de la población local y los cultivos, además de constituir un posible riesgo geológico, ya que el excesivo uso del agua subterránea puede generar hundimientos en el terreno", afirmó Kong en un comunicado de Greenpeace.
La situación es especialmente grave en regiones más áridas de China donde la dependencia del agua subterránea es mayor, como el noreste del país o Mongolia Interior (norte), ya que en esas zonas el porcentaje de contaminación en los acuíferos estudiados alcanza el 90 por ciento.
Los resultados del estudio han alarmado a la ciudadanía china, ante el temor de que el agua de sus grifos esté altamente contaminada, lo que ha obligado al Ministerio de Recursos Acuáticos a aclarar que la calidad de esa agua es "en general buena" ya que procede de acuíferos más profundos que los estudiados.
Greenpeace pidió ante ello análisis específicos para el agua subterránea de mayor profundidad, destinada al consumo humano, y se quejó de descoordinación entre dos ministerios chinos (el mencionado de Recursos Acuáticos y el de Protección Medioambiental), que frena las medidas para solucionar el problema.
En 2015, el Gobierno chino lanzó un plan de acción con el objetivo de que a finales de esta década el porcentaje de agua subterránea de baja calidad no supere el 15 por ciento del total.
También estableció que hacia 2020 el 70% del agua de las siete grandes cuencas fluviales del país tenga calidad alta, y que el 95% de la que mana en los grifos de las ciudades -donde la mayoría de la población bebe agua embotellada- alcance niveles óptimos para el consumo.