¿Su simpático can es más dañino para el clima que un Vehículo utilitario deportivo (SUV)? Esta tesis iconoclasta no es unánime, pero igualmente, los científicos piden a los amantes de los perros y gatos no mirar para otro lado: su animal tiene un impacto sobre el planeta.
En 2009, el libro "Es hora de comerse al perro" de Brenda y Robert Vale enfureció a los "amigos de las mascotas". La conclusión era clara: el consumo de carne por parte de un perro de talla media impacta sobre el planeta el doble que un SUV conducido a lo largo 10,000 km.
Gran perro, pequeño gato
"El impacto de CO2 de los alimentos industriales convencionales para mascotas es insignificante", asegura Sébastien Lefebvre (escuela de veterinaria VetAgro-Sup, Lyon).
Esto se convertiría en un problema "si los humanos dejan de consumir" o se vuelven "vegetarianos", ironizó. Pero antes de esto, los cortes de carne "de baja calidad" o las entrañas despreciadas por los humanos pueden ser "degustadas por los carnívoros domésticos".
En teoría, 10 toneladas de CO2 equivalen a las emisiones de dos autos conducidos durante un año, aunque niega las comparaciones: "¿Eso significa que si usted no tiene un perro o un gato, sí puede tener un todoterreno? Esto no tiene ningún sentido", argumenta.
Eso sí, los investigadores parecen estar de acuerdo en al menos una cosa obvia: un perro grande tiene una huella de carbono mayor que un gato pequeño.
Entonces, ¿qué solución para los dueños de mascotas? ¿Deshacerse de ellas? ¡No!, se trata de tomar decisiones conscientes. "No es blanco o negro. Gatos y perros inciden con muchas cosas positivas", como los beneficios psicológicos, insiste Martens.
Una solución para la relación animal-planeta es no alimentarlos demasiado. También se pueden elaborar croquetas a partir de insectos, por ejemplo. Además, su perro puede volverse vegetariano, no así su gato.