Una vista aérea de la presa de Adelaida con un nivel de agua del 0% a las afueras de Adelaida el 26 de noviembre de 2019/AFP.


Los efectos del cambio climático ya se están dejando sentir en muchas partes del planeta, especialmente en algunas zonas donde los recursos ya eran escasos, por lo que se espera que se produzca un aumento de las tensiones y por añadidura los conflictos, lo que a su vez generará desplazamientos de población, incluidos refugiados.

Así resume la situación actual el nuevo asesor para cambio climático del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR), Andrew Harper, en una entrevista concedida a Europa Press durante su paso por la cumbre del clima en Madrid. "Ya no es una cuestión de planear futuros escenarios sino que el escenario ya está en marcha", subraya.

"Los gobiernos de países que ya son frágiles están preocupados porque si no reciben apoyo para ayudar a mitigar y adaptarse para lo que pasará en el futuro habrá algunas situaciones en las que estallarán conflictos", previene el asesor de la agencia de la ONU.

Según Harper, es fácil ver el "nexo" existente entre el cambio climático, "competición por los recursos, recursos en declive, sequía, problemas para mantener los medios de vida, desplazamientos de población hacia centros urbanos y problemas para los gobiernos a la hora de ofrecer servicios básicos como educación, salud o buena gobernanza".

El Sahel es, según él, un buen ejemplo de esta conjunción de factores. Esta zona de África al sur del Sáhara se está viendo particularmente golpeada por el cambio climático y el resultado es que "poblaciones que normalmente podían coexistir y tener medios de vida y vivir de forma digna ahora se están viendo expulsadas de sus tierras".

"La gente no puede vivir en zonas a las que está llegando el Sáhara" mientras que los gobiernos de países como Malí, Burkina Faso o Níger, "no pueden cobrar impuestos para tener unos ingresos y ofrecer educación, salud o justicia, lo cual crea un vacío que otros ocupan", subraya Harper, en referencia a la creciente presencia de grupos yihadistas cada vez más activos en la región.

Habrá problemas en el futuro

Por ahora, no se ha acuñado oficialmente el término de "refugiado climático" si bien aclara que es evidente que este es uno de los factores que no solo subyace en algunos conflictos sino que además los exacerba. Además, "dado el deterioro que se producirá por el creciente número de desastres climáticos, la desertificación, la falta de agua cabe esperar más conflictos en zonas ya bajo presión".

En general, frente a conflictos y desastres naturales, quienes abandonan sus casas lo hacen para quedarse dentro de las fronteras de sus países, si bien algunos las cruzan y se convierten en refugiados. El 80 por ciento de los casi 26 millones de refugiados que hay en todo el mundo viven en países pobres que además sufren el impacto medioambiental que supone darles acogida.

El asesor de ACNUR incide en que "si la gente no puede sobrevivir de forma digna, con una atención sanitaria adecuada, en un entorno seguro, entonces harán lo que haría cualquier y se trasladarán a lugares donde puedan hacerlo", como puede ser el caso de España o Europa.

En todo caso, defiende que más que preocuparse por si en los próximos años aumentarán las llegadas de migrantes y refugiados al continente europeo, por lo que habría que preocuparse es de "por qué vienen".

"La mayoría de ellos no quieren emigrar, si tuvieran la posibilidad se quedarían en sus casas y sus comunidades para siempre", afirma Harper, que recalca que es la falta de perspectivas de futuro, "de comida", "el no poder enviar a sus hijos a la escuela", lo que les empuja a marcharse.

"Lo que tenemos que hacer es asegurarnos de que la gente que vive en zonas afectadas por el cambio climático tenga un entorno saludable y seguro en el que vivir", defiende el nuevo asesor de ACNUR. Eso pasa, agrega, por "hacer mucho más de lo que estamos haciendo".