Vivir en el espacio no es fácil, por eso es que la NASA está pensando en enviar a sus astronautas a las misiones en Marte con alimentos hechos a partir de sus propias heces, según una nueva investigación de la Universidad Estatal de Pensilvania en un proyecto financiado por la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio.
Un grupo de científicos desarrolló un método para descomponer orina y excremento humanos para crear sus propios alimentos.
Se prevé que con esto se resuelva el problema de los vuelos espaciales de tener suficiente comida para alimentar a los astronautas en misiones a largo plazo.
El profesor de geocientífico Christopher House, de la Universidad Estatal de Pensilvania quien dirige la investigación dijo que probaron el concepto de “tratar simultáneamente los desechos de los astronautas con microbios mientras producimos una biomasa que es comestible, ya sea directa o indirectamente, dependiendo de las preocupaciones de seguridad”.
“Es un poco extraño, pero el concepto sería un poco como Marmite (una pasta comestible para untar que está elaborada exclusivamente con extracto de levadura) donde estás comiendo una mancha de ‘sustancia microbiana’”.
El equipo de investigación, según Sciences descubrió que el metano se producía fácilmente durante la digestión anaeróbica de los desechos humanos y se podía usar para cultivar un microbio diferente, Methylococcus capsulatus, que actualmente se utiliza como alimento para animales.
El equipo de investigación concluyó que dicho crecimiento microbiano podría usarse para producir alimentos nutritivos para vuelos espaciales profundos.
Crecieron las bacterias nutritivas y descubrieron que contenía un 52 por ciento de proteínas y un 36 por ciento de grasas, lo que la convertía en una fuente potencial de alimento para los astronautas.
Además, con este alimento no se tiene riesgo de contraer alguna enfermedad, que causa los patógenos que abundan en las heces, según el estudio retomado por el diario británico Daily Mail.
Actualmente, los astronautas a bordo del ISS usan un sistema diferente que recicla un pequeño porcentaje de la orina en agua potable.
El desecho sólido se disipa en el espacio, hacia la Tierra y se quema en la atmósfera de nuestro planeta.
El nuevo sistema propuesto reciclaría hasta un 85 por ciento de carbono y nitrógeno para usar en la formación de proteínas.