La capacidad de los bosques tropicales para eliminar el carbono de la atmósfera está disminuyendo, según concluye el rastreo de 300.000 árboles durante 30 años, publicado ahora en la revista 'Nature'.
La colaboración científica global, dirigida por la Universidad de Leeds (Reino Unido), revela que ha comenzado el temido cambio de los bosques tropicales no alterados del mundo, de sumideros de carbono a fuente de carbono.
Los bosques tropicales intactos son bien conocidos como un sumidero de carbono global crucial, ya que ralentizan el cambio climático al eliminar el carbono de la atmósfera y almacenarlo en los árboles, un proceso conocido como secuestro de carbono. Los modelos climáticos generalmente predicen que este sumidero de carbono de los bosques tropicales continuará durante décadas.
Sin embargo, el nuevo análisis de tres décadas de crecimiento y muerte de árboles de 565 bosques tropicales no perturbados en África y el Amazonas descubrió que la absorción general de carbono en los bosques tropicales intactos de la Tierra alcanzó su punto máximo en la década de 1990.
En la década de 2010, en promedio, la capacidad de un bosque tropical para absorber carbono había disminuido en un tercio. El cambio se debe en gran medida a las pérdidas de carbono de los árboles que mueren.
El estudio realizado por casi 100 instituciones proporciona la primera evidencia a gran escala de que la absorción de carbono por parte de los bosques tropicales del mundo ya ha comenzado una preocupante tendencia a la baja.
El autor principal del estudio, el doctor Wannes Hubau, un exinvestigador postdoctoral en la Universidad de Leeds ahora con sede en el Museo Real de África Central en Bélgica, destaca que han probado que "la absorción máxima de carbono en los bosques tropicales intactos ocurrió en la década de 1990. Al combinar datos de África y el Amazonas, comenzamos a comprender por qué estos bosques están cambiando, siendo clave los niveles de dióxido de carbono, la temperatura, la sequía y la dinámica forestal".
En la década de 1990, los bosques tropicales intactos eliminaron aproximadamente 46.000 millones de toneladas de dióxido de carbono de la atmósfera, disminuyendo a un estimado de 25.000 millones de toneladas en la década de 2010.
La capacidad perdida del sumidero en la década de 2010 en comparación con la de 1990 es de 21.000 millones de toneladas de dióxido de carbono, equivalente a una década de emisiones de combustibles fósiles del Reino Unido, Alemania, Francia y Canadá combinados.
En general, los bosques tropicales intactos eliminaron el 17% de las emisiones de dióxido de carbono producidas por el hombre en la década de 1990, reduciéndose a solo el 6% en la década de 2010.
Esta disminución se debe a que estos bosques fueron menos capaces de absorber carbono en un 33% y el área de bosque intacto disminuyó en un 19%, mientras que las emisiones globales de dióxido de carbono se dispararon en un 46%.
El autor principal, el profesor Simon Lewis, de la Escuela de Geografía de Leeds, explica que "los bosques tropicales intactos siguen siendo un sumidero vital de carbono, pero esta investigación revela que, a menos que se implementen políticas para estabilizar el clima de la Tierra, es solo cuestión de tiempo hasta que estén ya no es capaz de secuestrar carbono".