Los fanáticos se lanzaron a la compra desaforada de este atípico instrumento y las 20.000 lanzallamas sacadas al mercado a 500 dólares cada uno se agotaron en pocos días, anunció el jueves el empresario en su cuenta de Twitter.
El destino de los 10 millones de dólares recaudados no fue divulgado, pero una venta anterior de gorras, 50.000 a 20 dólares cada una, sirvió para financiar una de las empresas del magnate, Boring Company.
Esta startup se especializa en construir túneles para resolver el problema de los atascos de automóviles en las principales ciudades de Estados Unidos.
El sitio web de Boring Company afirma que estos lanzallamas a gas son "los más seguros del mundo". Un extintor viene de regalo con cada lanzallamas.
El aparato "garantiza animar cualquier fiesta" y también se puede usar "para hacer castañas asadas", escribió Musk en una serie de tuits.
El excéntrico millonario advirtió: "Cuando ocurra el apocalipsis zombie, te alegrarás de haber comprado un lanzallamas. ¡Funciona contra hordas de muertos vivientes o te devolvemos tu dinero!".
"El rumor de que estoy creando en secreto un apocalipsis zombie para generar demanda de lanzallamas es completamente falso", acabó mofándose.
Este detalle hizo dudar a los medios sobre la seriedad del anuncio, pero un portavoz de la compañía aseguró recientemente al diario The Mercury News de San José, California, que es "verdadero". La empresa no respondió inmediatamente a las solicitudes de comentarios de AFP.
La entrega comenzará en la primavera boreal, dice el sitio web.
El lanzallamas se asemeja a un fusil de asalto con una culata corta, un cañón de gran diámetro y un gran depósito de gas.
La venta comenzó oficialmente el 28 de enero con una presentación en video en el sitio de Boring.
Musk lo presentó también en Instagram, advirtiendo en un mensaje: "Obviamente, un lanzallamas es una idea terrible, no lo compre, a menos que quiera divertirse".
El dispositivo cumple con las regulaciones de California porque, según el portavoz de Boring, emite una llama de menos de tres metros. En el resto del país, Maryland (noreste) es el único estado que prohíbe la venta.
Aunque el anuncio causó euforia en las redes sociales, también provocó la reacción del congresista Miguel Santiago, de Los Ángeles, cuya zona sur ha sido azotada por grandes incendios forestales en los últimos meses.
"Acabamos de vivir algunos de los peores incendios en la historia de California, por lo que vender lanzallamas es una muy mala idea", dijo.
La villa de Elon Musk en Bel Air, un lujoso barrio de Los Ángeles, se ubica en el perímetro que estuvo amenazado por el fuego.