Un técnico mide una tortuga de barro de Vallarta (Kinosternon Vogti) en un laboratorio de la Universidad de Guadalajara, en Puerto Vallarta, estado de Jalisco. AFP


Hace años que lugareños del oeste de México alertaron a científicos sobre su existencia, pero fue recién en mayo que se reconoció como una especie de tortuga nunca antes registrada. Aunque se desplaza a paso más ágil que otras especies semejantes, la Kinosternon vogti está en peligro de extinción.

Los riachuelos de las zonas suburbanas de la turística ciudad de Puerto Vallarta, en el estado de Jalisco, son el hábitat de esta tortuga, que tiene una mancha amarilla en la punta de la nariz.

"La encontramos exclusivamente en arroyos y ríos de aquí de la región de Puerto Vallarta. La información que tenemos nos lleva a decir que es una especie endémica, única en este sitio", dijo a la AFP Fabio Germán Cupul, investigador y académico de la Universidad de Guadalajara.

Sus pasos son más rápidos que los de otras tortugas y camina entre la hojarasca cuando no está bajo la sombra de un árbol, refugiándose de los rayos solares.

Bautizada como casquito de Vallarta por la similitud de su caparazón con un casco, no supera los 10 centímetros de largo, cabe en la palma de la mano.

"Es más ancha que alta, a diferencia de todas las demás especies que existen", añade Cupul.

Se trata de un quelonio que pertenece al género Kinosternon, de la que existen 12 especies más en México.

La nueva especie fue nombrada científicamente como Kinosternon Vogti, en honor del herpetólogo estadounidense Richard Vogt, quien durante más de 40 años ha trabajado con tortugas de Estados Unidos, México y Centroamérica.

El investigador Cupul detalló que solo se tienen registrados nueve ejemplares, cuatro de ellos vivos (tres machos y una hembra) y cinco que fueron localizados muertos y depositados en una colección para su investigación en la Universidad Nacional Autónoma de México.

Los pocos individuos encontrados, advirtió el científico, la colocan como una especie "en alto riesgo de extinción".

Uno de los machos vivos y la hembra fueron llevados a un centro de reproducción en el estado de Tabasco (este), mientras que los otros dos machos están en un cocodrilario, en Puerto Vallarta.

Los pobladores vieron por primera vez este reptil hace 20 años, pero los científicos creyeron que se trataba de una ejemplar juvenil de otras especies de la región.

No fue hasta hace cinco años que comenzó a estudiarse y los resultados fueron publicados en mayo pasado en la revista científica Chelonian Conservation and Biology, especializada en la investigación de tortugas.