Argentina soltó al fin el grito de campeón en un torneo mayor, atragantado durante 28 años, al ganar la Copa América-2021, un trofeo que le allanó el camino al líder Lionel Messi para atrapar su séptimo Balón de Oro al mejor futbolista del mundo.
La Albiceleste, Messi y compañía se sacaron un tremendo peso de encima. "Era una espina que tenía clavada", confesó el supergoleador. Para colmo habían heredado semejante carga de amarguras de otros seleccionados, todos aquellos que sucedieron al vencedor del torneo sudamericano en Ecuador-1993.
"Pude conseguir el sueño que tanto deseaba y el premio (de la revista France Football) es por lo que hicimos en la Copa América", dijo el máximo anotador histórico para el seleccionado de su país con 80 goles.
En el mítico estadio Maracaná y en el superclásico con Brasil, se quebró el hechizo, la sequía o como se quiera simbolizar la frustración.
Argentina venía de perder las finales de Perú-2004 y Venezuela-2007, ambas frente a Brasil, y las de Chile-2015 y Centenario EEUU-2016, las dos ante La Roja. En otras cinco ediciones ni siquiera había pasado los cuartos de final y sólo en una logró un tercer puesto.
El volante de ataque Ángel Di María marcó un hermoso gol de emboquillada (1-0). Fue la hora del desahogo, de la vuelta olímpica, de levantar la Copa y dedicarla a la memoria de Diego Maradona, emblema histórico de la Albiceleste, fallecido en 2020.
"Desde que empecé en el fútbol quería conseguir algo con mi país y mi gente", se emocionó el futbolista.
La hora más triste había sido la de su renuncia al seleccionado. Había perdido a penales con Chile la final de 2016 en Nueva Jersey. Encima tiró afuera su remate desde los doce pasos. Era la imagen de la desolación.
Pero volvió con su corazón albiceleste. Se convirtió en heredero maradoniano: un capitán en buena ley.
- Invictos -
La escuadra que conduce Lionel Scaloni se volvió una cosa seria. Lleva 27 partidos invicto, a sólo cuatro de la marca establecida por Alfio Basile, el DT en la Copa América-1993.
"Scaloni viene creando la idea de hacer un grupo fuerte. Gracias a Dios estamos en un buen momento. No estamos a la altura de algunos, pero en el Mundial vamos a hacer todo lo posible para pelear de igual a igual", dijo Messi.
La Scaloneta, como le llaman los aficionados argentinos en un simpático juego de palabras con el apellido del entrenador, se clasificó al Mundial sin angustia y cuatro fechas antes, a diferencia de tantas otras veces.
"Este es el último Mundial que va a jugar (Messi), supongo, y para él es muy especial", opinó el DT campeón mundial en Argentina-1978, César Menotti, director de selecciones albicelestes.
Se vive un romance con los hinchas. Messi entró en estado de gracia con el triplete a Bolivia (3-0), por primera vez ante el público en pandemia y batió el récord de goles del mítico brasileño Pelé como artillero mayor de las selecciones sudamericanas.
"Habrá partidos que se jueguen mejor o peor, partidos que tengamos que jugar de otra manera porque el rival es mejor, pero la dinámica del equipo está marcada y la gente se siente identificada", dijo Scaloni.
Para el ídolo nacido en la futbolera ciudad de Rosario, 310 km al norte de Buenos Aires, será su quinta aventura mundialista. Perdió la final de Brasil-2014 (con Alemania 1-0) y lo peor fue irse a casa en octavos de final en Rusia-2018. El alivio es que al menos una vez su Argentina ya gritó campeón.