“Hay gente que pensará que es injusto, pero no es nada fácil empezar en descenso y en una vuelta, con una plantilla nueva, quedar primero”, en esta manifestación por parte del técnico del Once , Juan Cortés, tras lograr el título administrativamente.
La primera, un proyecto concreto. Sólo dos equipos renovaron casi toda su plantilla para este torneo: Once Deportivo y El Vencedor. Y los frutos fueron evidentes, pues finalizaron en primero y segundo lugar de la clasificación, respectivamente.
El Once designó al técnico español, Juan Cortés, como capitán de un barco que tenía que sacar a flote, por el tema del descenso. No era un desconocido. Dirigió a Independiente, pero señaló que no “tuvo libertad para encontrarle identidad a los fantasmas”. Ante ese precedente, el entrenador fronterizo inició con 11 nuevos miembros.
El equipo de Cortés comenzó perdiendo, pero poco a poco fue forjando dos torres como Raúl González y Luis Copete por el centro, la juventud de Fernando Castillo y José Contreras en las bandas y un péndulo como Marco Granados que llevaba la pelota desde el medio al ataque. Esa identidad que buscaba el técnico español lo llevó al primer lugar, muy peleado con Independiente y El Vencedor.
La segunda, la lucha de los juveniles. Si bien el titular se refiere a “relegados” como un equipo que estuvo en la zona del descenso, también apunta a aquellos jugadores que no sobrepasan los 30 años y que no tuvieron la oportunidad de brillar en equipos grandes. Ese es el caso de cinco jugadores que pasaron por Alianza FC, C.D. FAS y C.D. Águila.
El extremo Fernando Castillo y el atacante Bryan Paz tuvieron doble camiseta porque estuvieron tanto en FAS como Águila. Tenían potencial, pero fueron hechos a un lado. Su llegada a Once Deportivo les mostró el camino del éxito. El primero con sus habilidades y el segundo anotó tres goles. Más de lo que hizo en los tigrillos y emplumados.
Los volantes, José “Quique” Contreras y Anthony Roque, jugaron juntos en el Alianza FC que fue campeón en 2015, luego ambos jugadores no fueron tomados en cuenta y llegaron a jugar el año pasado, en segunda división con Atlético Marte, antes de llegar al Once Deportivo.
De los casos particulares, el volante Walter Chigüila había regresado a C.D. FAS, luego de un periodo de préstamo con C.D. Águila, pero solo duró un día en la cueva, al siguiente día fue cedido al nuevo campeón.
La tercera, es su cancha. La mayoría de puntos del Once Deportivo entre el anterior y nuevo torneo lo consiguió jugando en el estadio Simeón Magaña. Acumuló siete juegos sin perder en Ahuachapán, cinco en este campeonato, hasta que Isidro Metapán lo derrotó en la jornada 9, por 1-0. Ni siquiera los anteriores grandes campeones, Alianza, Águila y Santa Tecla pudieron profanar ese campo en el Clausura 2020. Una primera vuelta de ensueño vivió el cuadro fronterizo para terminar besando la gloria.