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El Real Madrid perdía por 2-0 ante el Borussia Moenchengladbach a cuatro minutos para el final, pero los goles de Benzema y Casemiro impidieron un naufragio tempranero en la segunda jornada de la 'Champions League', una reacción clásica del equipo blanco que le permite seguir con vida aunque no abandone el puesto de colista en el grupo B.

En el fútbol la alegría a veces dura solo tres días. De la felicidad por vencer al Barça y disipar cualquier duda, a las preocupaciones por haber complicado el futuro en su competición fetiche. Casemiro añadió algo de luz en un final de partido no apto para cardíacos. El brasileño asistió en el 2-1 a Benzema y remachó el empate con el tiempo cumplido dentro del área pequeña.

Los merengues fueron a la lona sin merecerlo porque el comienzo no fue malo. De hecho, los de Zidane se hicieron con la posesión del balón y pronto olisquearon la portería de Sommer con disparos de Kroos y Benzema. Las intenciones eran buenas, y la ausencia de público -finalmente fue prohibido su acceso- aliviaron el inicio del Real Madrid.



Lucas Vázquez, con mucha presencia en el lateral derecho, fue otra alternativa para el ataque estático de los blancos y Benzema aglutinaba las ocasiones ante la mala noche de Vinicius, otra vez negado en el cuerpo a cuerpo. En cualquier caso, lo más lógico hubiese sido que el 0-1 acabara llegando, pero lejos de la realidad, el Gladbach golpeó sin miramientos.

Una pérdida de Kroos provocó la contra del conjunto local, el balón llegó a los pies de Pléa, que inventó un centro magnífico para que Thuram fusilara a Courtois. El delantero italo-francés fue un dolor de muelas para una defensa que sufrió al espacio y acabó pagando muy caro su ramillete de errores. La verticalidad del Borussia fue difícil de gestionar para el Real Madrid, que acabó el primer acto con un disparo de Asensio.

El mallorquín salió decidido a lograr el empate en la segunda parte y estrelló el balón en el larguero al minuto de la reanudación. El guión no era malo, pero cada error fue letal para los de Zidane. De nada valía el dominio si los alemanes marcaban en cada llegada. Al borde de la hora, Thuram logró el segundo tras hacerse dueño de un rechace tras disparo de Pléa. El gol mató al líder de la Liga, que no sabía donde meterse.


HAZARD DEBUTA ESTA TEMPORADA


Zidane echó la vista atrás, miró a su banquillo y se le ocurrió sacar a Hazard, que se estrenaba en este curso tras su repetida lesión. El belga probó fortuna con un disparo que acabó en el lateral de la red, pero poco pudo aportar en esos minutos donde se mezcló la ansiedad por no seguir hipotecando el futuro y la necesidad de al menos sacar un punto y aprovechar el empate del Inter en su visita al Shakthar.

Fue entonces cuando cambió la suerte del 13 veces campeón de Europa. El Real Madrid le recordó al Gladbach aquella épica de las noches europeas que forjaron su leyenda de remontadas a finales de los 80. Los de Zidane lo intentaron con todo y acabaron salvado un punto que -seguramente- termine por ser decisivo.

Sergio Ramos se vistió de '9' los minutos final y vivió anclado en el área contraria. Varane también perdió su posición para volcarse en el área rival hasta que Benzema añadió emoción al final gracias a una volea sensacional que salvó Casemiro antes con su asistencia. El gol asustó a los alemanes, que acabaron encajando el empate.

En el tiempo de descuento, cuando de nada servía el 2-1 a los de Zidane, apareció la bota de Modric para llevar el balón hasta el área pequeña. Ramos entregó con la testa y Casemiro remató sin oposición. Un gol, como el del Brujas la pasada temporada, que pueda valer un billete a octavos siempre y cuando el Real Madrid sea capaz de enderezar definitivamente su mal comienzo de Champions.