La ciudad de Liverpool se vistió de rojo este sábado: carteles, bufandas y pancartas muy visibles, para apoyar a distancia a los 'Reds' en la final de la Liga de Campeones contra el Real Madrid en Kiev.

"Hay el sentimiento de que vamos a conseguirlo, que es nuestro destino, que los planetas están alineados", asegura Danny Byrne, de 43 años, cuyo comercio de banderas y bufandas está haciendo un gran negocio con el partido.

A los pies de Anfield, este vendedor no es el único que sueña en voz alta con ver al Liverpool campeón de Europa trece años después de la última vez.

Como él, Arthur Tutte (56 años) estima que el club inglés puede derribar al gigante madrileño, que buscará este sábado su decimotercera corona en este torneo.

"Subestima al outsider y te morderá", avisa este hincha, que luce orgulloso un tatuaje del Liverpool FC.

Desde la mañana del sábado, miles de aficionados del Liverpool llegaban a esta ciudad del norte de Inglaterra para vivir el ambiente a distancia, demostrando que es uno de los clubes más populares del país, avalado por sus cinco títulos de campeón de Europa antes del partido de Kiev.

Los 'peregrinos' futbolísticos eran fácilmente reconocibles por el color rojo, muy visible en la estación de Lime Street.

James Beaney (42 años) es uno de ellos, ya totalmente con la cabeza puesta en la final de Ucrania.

"Es un partido enorme, contra otro gigante de Europa. Hay que respetar al Real Madrid, pero no tenemos miedo", se entusiasma este londinense.

La última final de la Liga de Campeones del Liverpool se remonta a 2007 y su último título a 2005.

A unas horas del inicio del duelo, en la ciudad se escuchaban cánticos de aficionados, desde el centro de Liverpool al estadio de Anfield.

En los pubs se bebía cerveza desde muy pronto y el partido era el tema de conversación favorito.

La célebre canción "You'll Never Walk Alone" (Nunca Caminarás Solo) sonará sin duda con fuerza en Liverpool antes y durante el partido. Seguramente también después, sobre todo si Mohamed Salah y compañía han podido levantar la ansiada 'Orejona'.