“Quiero motivar a los jóvenes y aquellos que quieren ser pilotos y que necesitan ayuda en su país”, son las palabras de la nadadora nacional, Michelle Cornejo, quien ahora es graduada de la carrera de Ciencias de la Aviación en la Universidad Orange Coast Collegue, sin embargo su vida no ha sido un jardín de rosas, pero ha podido superarlas con creces.

Cornejo no tenía intención de ser seleccionada de natación, porque su deporte era la gimnasia, pero su madre Claudia Hernández, la tiró a la piscina, a la cual tenía temor y desde los cuatro años se enamoró de las aguas.

Desde que superó sus miedos participó en cinco Juegos CODICADER, logró un segundo lugar de 400 metros combinados en Honduras 2015; sin embargo, un año después, en el mismo certamen, sufrió su primer golpe en su vida: una apendicectomía que la apartó del agua

“En medio de un entreno, sentí un dolor y llegué al punto que no me llegué a mover y mi madre es doctora, llegó al Polideportivo de Merliot a recogerme y nos fuimos directo al hospital, después hablamos con los doctores, dijeron que tenía que reposar cuatro meses porque me habían hecho una cirugía para quitarme el apéndice, estaba trabajando era para ir a la competencia, obtener buenos resultados y estaba intentando conseguir una beca, entonces para mí en ese momento mi vida en la natación se había acabado y yo no sabía que iba a hacer”, expresó la nadadora nacional.

Ante la situación, Cornejo decidió romper el reposo dos meses después para volver a nadar y como todo trabajo duro tiene su recompensa, siendo becaria de la Fundación Educando a un Salvadoreño (FESA) se graduó en 2017 y le ofrecieron una oportunidad para estudiar Ciencias de la Aviación en la Universidad de la Orange Coast College.

Volar ha sido su otra pasión, desde que se subió a su primer avión. “yo sentí como libertad, sentí una tranquilidad dentro de mí, eso fue después de la operación y yo sabía que tenía que estar ahí, después de ese vuelo sentí la necesidad de ir a la cabina a conocer a los pilotos, para mi sorpresa los dos pilotos eran mujeres, yo me enamoré de viajar”, expresó Cornejo.



Con 12 materias en el hombro, Cornejo aceptó el desafío en la universidad, sin embargo en 2018 su hermana menor, Claudia Hernández, le diagnosticaron cáncer llamado “No Hodkin-Lymphoma” (cáncer en los glóbulos blancos llamados linfocitos que forman parte del sistema inmunitario del cuerpo). “Yo pensé seriamente en regresar a mi país y dejar mis estudios, pero en ese momento, yo me acuerdo pensar en todo lo que había trabajado todos esos años para llegar adonde estoy y tuve que ser egoísta en ese momento porque como jóvenes no sólo tenemos que vernos por los demás, sino como en nuestro futuro”.

La hermana menor de “michi” falleció el pasado 14 de Octubre de 2019, momento que terminaba sus últimos exámenes de su carrera, sin embargo volvió a El Salvador por dos días, pero su voluntad a no rendirse, le hizo volar más allá de la adversidad y su sorpresa fue haber terminado en el Top 10 del campeonato de vuelo “Flight Computer Accuracy Test” en Arizona, Estados Unidos.

 

Cornejo ahora sabe que debe remar contra la corriente por la pandemia del Covid-19, ya que hace un mes decidió abrir su propia compañía de asesoramiento para operaciones aéreas llamada, "Flightcor Aviation", debido a no poder encontrar un trabajo por la escasez de vuelos. “no podía encontrar trabajo, yo estaba desmotivada y pensé en regresar a El Salvador, pero creo que después de todo lo que viví con mi hermana, me di cuenta que a pesar de todos los problemas siempre he encontrado un rayito de luz que me motiva a salir adelante”.