Serena Williams regresaba a Roland Garros este martes con un llamativo atuendo, un mono ceñido negro con un cinturón rosa, con una estética a medio camino entre Catwoman y una princesa guerrera de Black Panther.
"Siempre he querido ser una superheroína y es mi manera de convertirme en una. Quiero realmente dar la impresión de ser una superheroína cuando lo llevo", explicó la estadounidense ganadora de 23 títulos del Grand Slam tras su victoria ante la 70ª jugadora mundial, la checa Kristyna Pliskova, por 7-6 (7/4) y 6-4.
Una superheroína que podría ser también "una princesa guerrera" o "una reina de Wakanda", en referencia al país imaginario del cómic "Black Panther", adaptado al cine en una superproducción estrenada con éxito este año en todo el mundo.
Más allá de la estética, que captó este martes la atención de los fotógrafos y camarógrafos, el traje ceñido permite "una mejor circulación sanguínea", explicó la jugadora, que tuvo complicaciones médicas después del parto de su primera hija, Olympia, en septiembre, que le provocó "coágulos sanguíneos".
"Tuve muchos en los doce últimos meses. (El traje) tiene efectivamente una función. He llevado mucho pantalones para jugar, porque me permite una mejor circulación sanguínea. Es un traje divertido, que me permite jugar sin ningún problema", relató ante el interés de la prensa internacional.