“Desde que pusieron la cuarentena se acabó el turismo acá, ya no tuvimos más clientes, se fueron todos, cerré el local. Hace poco estaba hablando con mi jefe de Canadá que nos está dando una cuarta parte de nuestro salario, no es lo que ganábamos, pero nos está ayudando un poco”, afirma Centeno.
La ayuda que está recibiendo “es un alivio porque tengo bastante tiempo sin trabajar. Gracias a Dios habían unos ahorritos por ahí”, por tal motivo y forma de aprendizaje “voy a trabajar el doble cuando comience todo”.
Además, la atleta se muestra muy agradecida con Boquitas Diana y el hotel Budasurf, quienes le han apoyado con canastas alimenticias, además de la recibida por el Instituto Nacional de los Deportes de El Salvador (Indes).
Centeno llegó a las semifinales del ALAS Latin Pro, que se realizó en el país, en noviembre pasado, distinguiéndose como la única referente salvadoreña de la categoría Open femenina y sin respaldo de un entrenador, de su federación o patrocinios privados.
A pesar que aún existe un mal panorama, Centeno dice que “el tiempo de Dios es perfecto y la mayoría estamos en este momento súper mal como empresa, como persona... yo soy positiva, tengo paciencia para que pase todo esto”.