El sector cafetalero urge la conformación de una institución sólida, con una visión de investigación científica a largo plazo y, especialmente, que sea independiente a los ciclos políticos y del Gobierno en turno. Para ello, el orden público y los privados deben tener una visión de sostenibilidad y productividad unánime que permita recuperar la caficultura salvadoreña.
Ésta fue una de las conclusiones que compartió Carlos Borgonovo, presidente de la Asociación Salvadoreña de Beneficiadores y Exportadores de Café (Abecafé), tras concluir la primera Cumbre Mundial de Ciencia de Café, que se desarrolló esta semana en El Salvador como iniciativa de las ocho gremiales cafetaleras.
Esta institución, dijo Borgonovo, sería una alianza participativa entre sector privado y gobierno. La dirección sería liderada por los productores profesionales, y el Ejecutivo complementaría y facilitaría, sin intervenir.
“Tenemos la visión de una institucionalidad sólida y de tener un política cafetera con visión a largo plazo. Queremos tener productividad y rentabilidad en nuestros cafetales. La sostenibilidad no solo debe verse en temas de medio ambiente, sino del productor y las comunidades que dependen del café”, dijo.
Comparten experiencia
Como broche de clausura se desarrolló una mesa redonda, en la cual participaron directores de institutos de café de Guatemala, Honduras, Costa Rica y Colombia.
Nelsón Fúnez, gerente técnico del Instituto Hondureño del Café (IHCAFE), resaltó que la institución trabaja bajo un esquema participativo que garantiza la organización desde lo municipal a lo nacional del sector caficultor.
Fúnez enfatizó que el IHCAFÉ tiene “una relación armónica y de respeto” entre el gobierno y privado. “Siempre los intereses del sector están por encima de los intereses de los partidos políticos. El café no tiene colores políticos. En Honduras, el sector café tiene su propia institucionalidad”, agregó.
Álvaro Gaitán, director del Centro Nacional de Investigación de Café de Colombia (CENICAFE), manifestó que dicha institución es de carácter privado, aunque maneja fondos públicos. Detalló que por cada libra de café comercializada, toman $0.06 para financiar la institución.
Aseguró tener “una relación muy cercana” entre el gobierno y privados, pues gracias a la presencia de la institución a nivel nacional el Ejecutivo logra incidir con otros programas sociales en las comunidades más rurales.
Por su parte, Edgar Rojas, subdirector ejecutivo del Instituto del Café de Costa Rica (ICAFE), explicó que todo lo relacionado con el sector se coordina y consulta con la junta directiva de la institución. “En materia cafetalera es el único que toma decisiones. Depende del sector” porque “la mayor parte del presupuesto es aportado por el sector”, expuso.
En cambio, la experiencia de Guatemala varía de las anteriores. Marco Duarte, coordinador técnico de la Asociación Nacional del Café (ANACAFE), dijo que “la caficultura para los guatemaltecos no es rentable” pues “no vemos apoyo del gobierno”, a pesar de ser una institución independiente.
$8 Millones
En Colombia, el CENICAFE destina anualmente unos $8 millones para la investigación científica del café.
$3.25 Aporte
En Honduras, por cada quintal de café que se exporta reciben $1; del fondo nacional $1.75, y $0.50 del instituto.