Desde el inicio de la pandemia, el tema de la “autoconstrucción” se volvió un dinamizador para el sector.


La industria de la construcción también resiente los impactos por el incremento del valor de las materias primas y de los fletes internacionales, lo que pone presión a la estructura de costos del sector.

“Para hacerse una idea, el precio de la tonelada de acero corrugado -a diciembre del año pasado- estaba entre los $500 y los $600, ahora está por los $1,000”, explicó Luis Dada, presidente de la Cámara de la Industria de la Construcción (Casalco).

Casi todos los sectores productivos resisten los incrementos en los valores de sus insumos producidos fuera del país, los cuales se generan por una serie de factores desde el inicio de la recuperación de la economía global tras la parálisis por la pandemia del covid-19.

Dada dijo que en el caso del acero laminado -usado para el desarrollo de “perfiles H” o tubos- el incremento por tonelada es mayor ya que este alcanzó los $2,000, es decir, más de tres veces su valor el año pasado.

El empresario advierte que si bien el tema de precios es un serio reto, también lo es la disponibilidad de materiales.

“El problema no solo es que cueste el doble, sino que lo puedas tener y no se genere un impacto negativo en la ejecución de un proyecto por temas de importación porque hay escasez de materiales”, explicó.

 

Propuesta.


Dada dijo que el sector se mantiene alerta y propone abrir espacios para relajar los contratos debido a las presiones generadas por la coyuntura de precios.

“Es un problema bien serio. Por ley, ningún contrato abajo de 12 meses tiene un reajuste de costos, de acuerdo a la Ley de Adquisiciones y Contrataciones de la Administración Pública (LACAP)”, dijo el presidente de Casalco que confirmó que buscan se evalúe el marco legal a la luz de la crisis de materias primas y fletes.

“Hay impactos negativos para los constructores porque si contrata con un precio y tiene una ejecución menor a 12 meses con la variación de precios le toca absorberla, lo cual muchas veces puede llevar a la quiebra a varias empresas”, advirtió el empresario.

La industria de la construcción está recuperando ritmo y, según estimaciones preliminares, puede crecer hasta un 4 % al cierre de 2021. El dato, sin embargo, no lo lleva a niveles prepandemia, algo que se espera ocurra dentro de dos años.
El problema no solo es que cueste el doble, sino que lo puedas tener y no se genere un impacto negativo en la ejecución de un proyecto por temas de importación por escasez de materiales”. Luis Dada, presidente de Casalco

Dada explicó que si bien el foco de los problemas se centra en el entorno internacional, el cambio en la dinámica del sector ha propiciado deficiencias en el suministro de ladrillos (bloques).

“Hay mucha gente invirtiendo en el sector y eso ha hecho que la demanda de bloque suba”, dijo el presidente de Casalco.

Destacó que todas las cementeras regresaron a trabajar las 24 horas con todas las líneas de producción, pero no dan abasto para la demanda actual.

“Antes tú pedías un bloque y una semana o 15 días después te lo podía entregar, ahora la espera es de más de 30 días. Eso genera cambios en la planificación de los proyectos”, dijo.

Reconoció también que si bien hay presión por el ajuste de los calendarios de entrega, el sector se está organizando para poder seguir en operaciones a partir de la planificación en esta atípica nueva realidad para el rubro.

 

El dato


No solo el acero ha subido de precio, las recinas de plástico usadas en materiales como el PVC también se mantienen al alza, entre otros suministros que han elevado su valor en lo que va de 2021.

 

Claves del sector de la construcción


 

  1. Recuperación


El sector sufrió una fuerte caída el año pasado por el freno de la economía en los meses de cuarentena, pero ha logrado restablecer los empleos.

 

  1. Expectativas


Casalco se muestra optimista por las carpetas de inversión pública que se tienen previstas que se inicien en los próximos dos años.

 

  1. Consumo


El sector informal de la construcción está impulsando la demanda de agregados y bloques, el cual también es catalogado como “autoconsumo”.