La construcción del nuevo edificio de la terminal de pasajeros del Aeropuerto Internacional de El Salvador San Óscar Romero tiene un 91 % de avance.
Federico Anliker, presidente de la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA), confirmó esta mañana que se espera que la nueva infraestructura esté en operación desde el inicio del segundo semestre de 2021.
El funcionario explicó que la empresa a cargo de la obra ya concluyó el área gris del edificio y se sigue trabajando en los detalles del proyecto en techos, pisos, entre otras labores.
Anliker participó esta mañana en el programa Frente a Frente, de la Telecorporación Salvadoreña, y explicó que ya están instalados los puentes o mangas de abordaje del edificio.
Con el nuevo proyecto se sumarán 23.216 m2, de los cuales 21,673 m2 corresponden al edificio terminal de pasajeros, un inmueble de tres pisos, con cinco puertas de embarque y sus respectivos puentes de abordaje.
Anliker añadió que esperan que en lo que queda del primer semestre la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (UNOPS), que opera como garante del proyecto, reciba la obra.
El presidente de CEPA dijo que la oficina de la ONU será muy detallista con los términos de entrega y que se busca que la obra esté bien hecha.
Una obra de casi tres años
El proyecto, iniciado en la gestión del expresidente Salvador Sánchez Cerén, debía ser entregado en mayo de 2019, pero por problemas en la construcción de los drenajes comenzó a desfasarse.
CEPA otorgó en mayo de 2019 una prórroga de 306 días a la compañía mexicana CAABSA Constructora, encargada de la ampliación, con lo cual quedó para desarrollarse en 741 días.
Hasta finales de 2019, el programa de trabajo del proyecto indicaba que la empresa debía entregar la extensión en marzo de 2020 y la liquidación final se realizaría en mayo pasado. Sin embargo, las obras se paralizaron con el cierre de la terminal por la pandemia.
La construcción del nuevo edificio de la terminal tuvo su orden de ejecución en mayo de 2018 y arrancó obras de terracería en julio de ese año.
El costo de la obra se fijó en $66 millones, un proceso en el que la CEPA funge como administrador del contrato y que es supervisada por UNOPS.
De los $66 millones, $28 millones serían usados por CEPA en cinco obras exteriores, supervisión, mobiliario y equipo, y $37.86 millones correspondían al contrato con la empresa mexicana.
En octubre de 2019, El Mundo constató que tras las modificaciones al plazo el costo se elevó en $5.69 millones y quedó en $43.57 millones.