El Banco Mundial (BM) se mostró con un “optimismo prudente” sobre cómo podría avanzar la economía salvadoreña con la ejecución de inversiones anunciadas para los próximos años y consideró que, sobre la base de escenarios más optimistas, “el manejo de la deuda será prudente”.

“Tenemos un optimismo prudente respecto a cómo está yendo la situación”, aseguró Óscar Avalle, gerente del Banco Mundial para El Salvador, quien, con un discurso similar al del Gobierno central, consideró que la tasa de crecimiento económico mostraría un mejor desempeño en los próximos años a raíz de la ejecución de mayor inversión.

La institución financiera aplicó en octubre pasado un recorte a su proyección de crecimiento económico para El Salvador y ahora espera un avance de 2.4 % al término de 2019, dos décimas inferiores al 2.6 % previsto al inicio del año. En tanto, prevé un dinamismo de 2.5 % para 2020, y similar comportamiento en 2021.

Avalle aseguró que “la perspectiva de crecimiento de El Salvador son calculadas sin tener en cuenta las inversiones nuevas que se están poniendo en la mesa”. Inversión que se fundamentan en conversaciones entre el Gobierno y el sector privado, donde los empresarios se habría comprometido a ejecutar $6,000 millones en los próximos cinco años, comenzando con $1,600 millones en 2020.

“El Salvador es una economía pequeña, muy dependiente de Estados Unidos, pero al mismo tiempo, también, lo que estamos viendo es que hay un creciente interés por parte de inversores locales”, sumó el ejecutivo.

La posición del Banco Mundial cambia respecto a cómo se mostró en años anteriores, quien en reiteradas ocasiones urgió a aplicar un ajuste fiscal para equilibrar las finanzas y reducir así el peso de la deuda pública dentro del Producto Interno Bruto (PIB). Ahora estima que “si esas inversiones se materializan, la tasa de crecimiento sube, y el manejo de deuda será prudente”.

Reducir el nivel de la deuda pública es una de los principales metas de la Ley de Responsabilidad Fiscal (LRP), de llevarla a un 60 % en 2030; pero para tanques de pensamiento como la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), el dinamismo mostrado en el presupuesto de 2020 se aleja de esas proyecciones.

Fusades calcula que la deuda pública, incluyendo los recientes préstamos que ha solicitado el Gobierno, alcanzará los $20,153.1 millones en 2020. Esto equivale a un 72.7 % del PIB y supone que el Ejecutivo debe hacer mayores esfuerzos en para estabilizar en 12 % en los próximos 10 años y llegar así al 60 % contemplado en la ley.

 

Deuda sostenible

El Banco Mundial es una institución generadora de información estadística y facilitadora de financiamiento “sostenible”, aseguró Avalle, porque “somos conscientes que si nosotros cobramos una tasa de interés demasiado alta, por los retornos, la inversión va a dificultar el nivel de endeudamiento del país”.