El foro de donantes concluye este miércoles./ DEM


Durante más de dos décadas, el trabajo de los centroamericanos en el exterior ha sido uno de los pilares fundamentales en la economía regional y los bancos, que continúan siendo los primeros receptores de las remesas, han buscado formas para convertir este flujo constante en desarrollo para la región, aseguraron ayer representantes de Banco Agrícola de El Salvador y Banrural de Guatemala.

En el Foro Centroamericano de Donantes (CADF 2018), los miembros de la industria bancaria reflexionaron sobre los desafíos e implicaciones de sus negocios con las remesas, que además de significar un aporte económico, también son uno de los factores que impulsan la migración.

Solo en 2017, las remesas familiares hacia América Latina y el Caribe aumentaron en más del 8 %, superando los $75,000 millones, mucho más que el 1.2 % del crecimiento económico previsto por el Banco Mundial para la región, según datos de El Diálogo Interamericano.

Según Pedro Linares, director de remesas de Banrural, las remesas han logrado impulsar el crecimiento económico, pero éste tendría mayor impacto si los centroamericanos lograran ahorrar e invertir.

Mariela Franco, jefa de desarrollo sostenible de Banco Agrícola, aseguró que “las personas están abiertas a ser formadas para disminuir el consumo y aumentar su inversión”. Por ello, Banco Agrícola desarrolla el programa Manos Unidas por El Salvador, que interviene en comunidades para implementar acciones en cuatro ejes de trabajo: Gestión y administración de proyectos, habilidades para la vida, educación financiera y gestión ambiental.