La fusión entre la estadounidense Boeing y Embraer enfrentaría los intereses estratégicos del Estado brasileño, decidido a conservar su poder de veto en una compañía que fabrica aviones tanto civiles como militares.

La advertencia vino del propio presidente Michel Temer, considerado sin embargo un amigo de los mercados: “Bienvenida la inyección de capital extranjero, (pero) no se examina la cuestión de la transferencia” del control accionario, afirmó en un encuentro con periodistas en Brasilia.

“No estamos pensando en una transferencia de control”, insistió, tras el anuncio hecho la semana pasada de que Boeing y Embraer negociaban una alianza. Según el Wall Street Journal, se trataría de una fusión mediante la absorción accionaria del grupo brasileño, tercer fabricante mundial de aviones, por el gigante estadounidense.

En un comunicado conjunto, ambas compañías precisaron que “no hay garantía de que esas discusiones concluyan en alguna transacción”, dado que ésta dependerá ante todo de la aprobación del Gobierno brasileño y de las entidades reguladoras.

 

Cuestión de “soberanía”

Embraer, nacida como grupo estatal en 1969, fue privatizada en 1994, pero el Estado conservó una “acción de oro” que le permite intervenir en cuestiones estratégicas.

El grupo llegó a convertirse en líder en el segmento de aparatos de hasta 150 asientos. Entrega anualmente unos 200 aviones, entre jets comerciales y ejecutivos. Posee además un sector de defensa, con modelos como el A-29 Super Tucano para misiones de ataque ligero y entrenamiento avanzado y el KC-390 de transporte de tropas, que debe llegar al mercado en 2018.

“La transferencia de su control accionario contraría los intereses de la soberanía nacional”, apuntó el ministro de Defensa, Raul Jungmann, que se hallaba en el encuentro de Temer con la prensa.

 

Mercado en mutación

Estas negociaciones responderían al reciente acercamiento entre el europeo Airbus, competidor directo de Boeing, y el canadiense Bombardier, que disputa segmentos de mercado similares a los de Embraer.

Embraer, que prevé un 2018 con dificultades, “busca un paraguas financiero para protegerse de nuevos competidores”, entre ellos de China y Japón, en el segmento de los aparatos de 120 a 150 pasajeros, afirmó el analista de cuestiones militares Nelson Düring, director del portal DefesaNet.

Düring desestimó sin embargo el impacto de una fusión en cuestiones de soberanía. “El eje de gravedad de Embraer ya está en Estados Unidos”, sostiene, haciendo notar que tanto la fabricación de aviones ejecutivos como militares tienen líneas de producción tanto en Brasil como en Miami. Embraer sostiene en cambio que su eje de acción sigue estando en Brasil.

 

Implicaciones para Embraer

 

Tema electoral

Los brasileños siguen percibiendo a Embraer como una empresa nacional emblemática y el tema puede convertirse en un asunto explosivo para el gobierno en 2018, un año electoral.

 

Acciones

La acción de Embraer, tras una mañana con fuertes oscilaciones, se estabilizó el viernes a media tarde con ganancias en torno al 2 % para acabar cerrando con una caída del 1.44 %.