La crisis del covid-19 agravó las condiciones de la caficultura salvadoreña que busca paliativos para recuperar brillo y no desplomarse como lo hizo el cultivo de algodón.
De acuerdo con las estadísticas de exportaciones del Consejo Salvadoreño del Café (CSC), entre octubre de 2019 y julio de 2020 el volumen y el valor de las exportaciones del grano siguen con tendencia a la baja en comparación con el ciclo 2018-2019, y reportan bajas de -29.9 % y 14.7 %, respectivamente.
Las cifras son provocadas por una menor demanda en los mercados claves para la producción nacional, afectados por períodos de cuarentena.
Juan Francisco de Sola, presidente de la Asociación Salvadoreña de Beneficiadores y Exportadores (Abecafé), considera que la crisis ya encontró a un sector débil y con una urgencia de aplicar una política específica para reactivarlo.
“El Salvador tiene una economía cafetalera colapsada”, explicó De Sola que considera que para reactivar la producción se tiene impulsar soluciones financieras para el sector y una renovación del parque cafetero.
El presidente de Abecafé añade que el rubro está altamente endeudado y por ello varios productores no son sujetos a crédito, fondos necesarios para impulsar la renovación de las plantaciones que ya tienen 60 años de edad y son demasiados susceptibles a enfermedades provocadas por el cambio climático como la roya, la cual ya es endémica.
“Para mí la roya es igual que el covid-19. ¿En qué sentido? El covid-19 llegó este año y sabemos que tenemos que adaptarnos a esta realidad por que no se irá a ninguna parte. En el 2013-2014 entramos en el mundo del café a esa nueva realidad y la roya no se ha ido a ninguna parte”, dijo.
Esta nueva realidad hace necesaria la aplicación de fungicidas necesarios para combatirla, pero reclaman que pese a la reiteración de llamados al Ejecutivo estos apoyos no llegan.
Explicó que el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) entregó fungicidas, pero solo para plantaciones en Morazán y no han tenido apoyos para áreas de alta producción cómo las del occidente del país.
De Sola indica que busca que el Ejecutivo ponga manos a la obra y ejecute la propuesta Café País, y se garantice la operación de un cultivo que además presta amplios beneficios medioambientales y que de ser sustituido por maíz puede provocar desequilibrios en varias zonas del país.