Javier Steiner, presidente de Camarasal, entregó la Palma de Oro a Ricardo Montenegro, presidente de Insaforp. / Juan Carlos Villafranco


La Cámara de Comercio e Industria de El Salvador (Camarasal) entregó la noche del miércoles la Palma de Oro, el máximo galardón que otorga la gremial, al Instituto Salvadoreño de Formación Profesional (Insaforp), por su aporte a la formación de millones de salvadoreños.

La gremial institucionalizó el premio en 1972 y celebró este año la cuadragésima segunda gala de la Palma de Oro.

Esta presea reconoce a empresarios, instituciones públicas y compañías que destacan por su aporte al desarrollo económico del país y su apoyo a las iniciativas productivas.

Javier Steiner, presidente de Camarasal, indicó que la decisión de honrar a Insaforp estuvo basada en su aporte por la profesionalización de las empresas salvadoreñas, su inversión en capacitar al talento humano nacional, y la calidad de sus servicios educativos.

“Como salvadoreños debemos sentirnos satisfechos y orgullosos de contar con una institución que le ha aportado tanto a nuestra sociedad, y que además ha desarrollado su labor con esmero, transparencia y calidad”, aseguró.

Con base a estos méritos, una comisión especial nombrada por la Junta Directiva de la gremial, compuesta por directores y anteriores empresarios reconocidos con este premio, se decantó por premiar la labor de Insaforp.

El presidente de Insaforp, Ricardo Montenegro, se mostró satisfecho y aseguró que “me enorgullece muchísimo aceptar este galardón y compartir la visión y el esfuerzo que ha llevado a nuestra institución a posicionarse como un referente latinoamericano en la formación y capacitación del recurso humano”.

Ricardo Montenegro, presidente de Insaforp, aseguró que la institución fue la primera especializada en la profesionalización de trabajadores en América Latina. / Juan Carlos Villafranco


Ejemplo de formación

La institución, que nació en 1993, se enfrentó a la etapa de posguerra “cambiando paradigmas” en la formación de la mano de obra salvadoreña, “basados en el permanente diálogo social que se da en el seno de nuestro Consejo Directivo”, indicó el funcionario.

“Insaforp se trata de oportunidades, capacita para la vida, comparte conocimientos y enseña nuevas habilidades y competencias, mejorando el futuro de los salvadoreños”, indicó el vocero del instituto, para que “tengan un empleo o se encuentren buscando oportunidades de inserción, y a su vez mejoran la posición competitiva del sector productivo del país”, aseguró Montenegro.

Después de 25 años institucionalizado, Insaforp ha formado a casi 4.5 millones de salvadoreños que se han convertido en agentes de cambio en sus familias y en sus comunidades.

“Si bien son cifras impactantes, el valor de Insaforp se comprende de verdad cuando conocemos los casos específicos, cuando alguien nos dice ‘Insaforp me cambió la vida’”, añadió.