Más de 400 jóvenes salvadoreños se graduaron ayer del programa “Caminos de la Juventud”, desarrollado por la organización Catholic Relief Services (CRS) en El Salvador, con apoyo del Instituto Salvadoreño de Formación Profesional (Insaforp) y el laboratorio de innovación del Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID-Fomin).
El modelo Jóvenes Constructores, desarrollado por CRS, se ejecuta en el país desde 2009, y ha derivado en los proyectos Senderos Juveniles y Caminos de la Juventud, beneficiando en conjunto a más de 6,000 jóvenes salvadoreños en situaciones de riesgo.
El presidente de Insaforp, Ricardo Montenegro, afirmó que los jóvenes pueden especializarse como ejecutivos de Ventas Externas, reparación de Sistemas de Aire Acondicionado, en Sistema Eléctrico de Automóvil, Cocina Internacional y Panadería, entre otros.
Los beneficiarios del programa residen en zonas con altos índices de pobreza y criminalidad; y tienen la opción de adquirir habilidades técnicas y blandas que les permiten retomar sus estudios, obtener un trabajo, o bien, optar por el autoempleo.
Cristian Pulunto, un joven originario del cantón Los Tunalmiles, en Izalco, Sonsonate, es uno de los 449 jóvenes graduados de esta promoción de Caminos de la Juventud, que optó por especializarse en Sistemas eléctricos de automóvil. Durante los dos meses que duró la primera fase del programa, logró un récord de asistencia del 100% y notas sobresalientes, a pesar de la distancia. “Todos los días debía ir al Centro de Formación (de Insaforp), de ocho a cinco”, narra el beneficiario del programa, que a sus 22 años, optó por viajar todos los días hasta San Salvador, específicamente al centro de formación cercano a la terminal de buses de occidente.
Gustavo Garza, coordinador del programa por parte de CRS, aseguró que hasta 40% de los jóvenes graduados del programa se insertan en el mercado laboral con el apoyo de la organización, que “trabaja por borrar el estigma que se crea en torno a los jóvenes que provienen de zonas de riesgo”.