China prohibirá a partir del 1 de enero de 2021 la importación de los últimos tipos de residuos sólidos aún permitidos en el país, concluyendo una política que lanzó hace tres años, anunció el viernes un medio estatal.
El gigante asiático, que ya no quiere ser el basurero del planeta, empezó en enero de 2018 a cerrar sus puertas a los residuos extranjeros y provocó una acumulación de materiales para ser reciclado en los países ricos.
China fue prohibiendo gradualmente la importación de diversos tipos de plásticos, piezas de automóviles, papel, textiles, restos de acero y de madera.
"Todas las importaciones de residuos sólidos, por cualquier medio, serán prohibidas a partir de ahora", dice una nota de las autoridades, citada por la agencia de prensa oficial Xinhua.
"El anuncio surtirá efecto a partir del 1 de enero de 2021", añade el texto, fechado el martes y publicado conjuntamente por los ministerios de Medio Ambiente y Comercio, así como por las aduanas y la Comisión Nacional de Planificación Económica (NDRC).
Esta política ambiental es popular en China desde su lanzamiento pero causó grandes dificultades a algunas industrias de reciclaje estadounidenses y europeas, que se vieron obligadas a almacenar residuos mientras esperaban una solución.
Los desechos exportados al país asiático habían sido comprados durante décadas por empresas locales, que los limpiaban, trituraban y procesaban para convertirlos en materias primas par la industria.