Los mercados de inversiones mundiales se mantienen alertas ante las especulaciones sobre un incremento en la inflación de Estados Unidos y la depreciación del dólar, considerada la moneda más importante para realizar negocios y reservas internacionales.
Estados Unidos impulsa la inyección de $1,900 millones a su economía como estímulo para mitigar el impacto de la pandemia del covid-19. Este programa, que se suma a otros que se entregaron en 2020, genera un exceso de capitales y los economistas temen que se traduzca en un alza de la inflación y un posible freno a la recuperación económica.
Como resultado de ese temor de los mercados, las materias primas (los commodities como metales, alimentos o petróleo) elevan su precio mientras que las tasas de interés de los bonos del Tesoro de Estados Unidos a 10 años han mostrado volatilidad en los últimos días y el dólar pierde valor frente a otras monedas fuertes como el euro.
Endurecimiento al financiamiento.
Un reporte publicado ayer por la agencia Moody’s Investors Rating destaca que la volatilidad de los bonos del Tesoro de Estados Unidos repercute a nivel mundial y plantea riesgos de un endurecimiento en las condiciones para el acceso de financiamiento por parte de los mercados emergentes, entre los cuales se encuentra El Salvador.
“Tal endurecimiento, a su vez, probablemente pondría en peligro las recuperaciones económicas frágiles en muchos mercados emergentes”, suma la agencia. Pero las restricciones varían, agrega, según la dependencia de cada país a capital externo y plantea mayores riesgos para las economías con sistemas de capitales y bancarios menos profundos.
“Cuanto más depende un país del capital externo, mayor su riesgo por la disminución de las entradas extranjeras (…) Para un segundo grupo de mercados emergentes, incluidos aquellos con fuentes de financiamiento nacionales más profundas, el aumento del costo del financiamiento externo puede llegar cuando las tasas nacionales también estén subiendo”, dice el informe de Moody’s.
Los bonos del Tesoro de Estados Unidos también se utilizan para elaborar el Indicador de Bonos de Mercados Emergentes (EMBI), que calcula la diferencia de interés de las emisiones de mercados en subdesarrollo y el estadounidense.
La principal relación comercial de El Salvador es con Estados Unidos, de donde también procede la mayor parte de remesas. |
Dólar.
El dólar estadounidense es la principal moneda de reservas internacionales y ha sufrido una depreciación precisamente por esta turbulencia en el mercado de los bonos del Tesoro, recordó el economista Luis Membreño al advertir que “ese movimiento sí nos afecta a nosotros” cuando se realizan los cambios con otras monedas.
No habría impacto si la relación es entre Estados Unidos y El Salvador al manejarse la misma moneda. Membreño ejemplificó que, si los salvadoreños importan cobre de Chile, se tiene el impacto que este metal ha subido de precio y el peso chileno se ha apreciado más frente al dólar estadounidense.
“Si hay una depresión del dólar, pues eso hace que todos los productos que nosotros importamos, por ejemplo, se vuelvan más caro (…) En este caso importamos inflación. Para nosotros sí tiene un impacto de lo que ocurra con el dólar y el dólar depende de lo que haga la Fed (Banco Central de Estados Unidos)”, sumó.
Temores de la turbulencia del mercado.
- TEMORES EN MERCADOS. Los economistas alertan que la inflación podría aumentar en Estados Unidos y ponerse en riesgo la recuperación económica de la principal economía del mundo, de donde procede más del 95 % de las remesas hacia El Salvador y es el principal socio comercial.
- MAYOR RIESGO. Moody’s destaca que el dólar estadounidense es la principal moneda de reservas internacionales y la volatilidad del mercado afectará “el sentimiento” del riesgo a nivel global y podría endurecer el financiamiento de los mercados emergentes. En este grupo se encuentra El Salvador.
- IMPORTAR MÁS CARO. El dólar estadounidense, que circula en El Salvador, ha perdido valor frente a otras monedas fuertes. En la relación con Estados Unidos no afecta, pero sí cuando se importa materias primas que hayan mostrado incrementos de países con otros cambios.