Esta decisión del directorio del CONSAA se fundamenta en una de las recomendaciones del primer estudio técnico sobre el sector, dirigido por la brasileña Plínio Nastari Consultoria e Participações en 2018.
El cambio en la distribución entrará en vigor en la zafra 2018/2019 y se aplicará para los ingresos netos generados por el autoconsumo industrial, ventas de azúcar y miel final. De esa manera, el porcentaje para los productores pasa de 54.5 a 56 %, mientras que para los ingenios irá de 45.5 a 44 %.
Julio Arroyo, director ejecutivo de la Asociación Azucarera de El Salvador (AAES), aseguró que el cambio es muy positivo porque “nosotros como ingenios siempre hemos estado con el interés que hayan políticas y medidas de largo plazo que nos sigan dando estabilidad y certidumbre”.
Óscar Orellana, presidente de Asociación de Productores de Caña de Azúcar de El Salvador (Procaña) y miembro del CONSAA, dijo que “es un alivio” y que “llega a sumar”al sector, aunque “no es toda la solución” porque la agroindustria azucarera está por “un momento difícil” por los precios en el mercado mundial.
El estudio coincidió con la polémica demanda de la Asociación de Productores de Caña de Azúcar de El Salvador (Asprocaña) de incluir dentro del esquema de pago el bagazo que utilizan los ingenios para la generación de energía eléctrica y que no está incluido en la ley.
Luis Bettaglio, presidente de Asprocaña, se mostró alegre con los resultados del estudio que recomienda, aseguró, la distribución de todos los ingresos que se generen en la industria entre todos los sectores, incluyendo el pago del bagazo. Al respecto, Julio Castro, director ejecutivo del CONSAA, indicó que el estudio plantea que en este momento los ingenios están pagando las inversiones para las plantas generadoras y dependiendo de la venta podrían tener o no rentabilidad.