"La crisis de covid-19 amenazó la supervivencia de la industria del transporte aéreo" y "los libros de historia recordarán 2020 como el peor año financiero" para este sector, de acuerdo a la organización que agrupa a 290 compañías aéreas
La facturación del sector se estima en unos $328,000 millones en 2020, contra $838,000 millones en 2019.
Las empresas redujeron sus costos "en una media de mil millones de dólares diarios" en 2020, pero el sector "continuará acumulando pérdidas sin precedentes", agregó IATA con motivo de su Asamblea general.
Ésta prevé pérdidas netas de $118,500 millones en 2020, mayor aún que la estimación hecha en junio, ya de por si grave, de $84,300 millones. Para 2021 pronostica ahora una pérdida neta de $38,700 millones, más del doble de lo previsto hace cinco meses.
"Esta crisis es devastadora e implacable", declaró el director general de IATA, Alexandre de Juniac, citado en un comunicado.
"Las fronteras deben ser reabiertas sin medidas de cuarentena para que los pasajeros puedan volar nuevamente. Las compañías tendrán que continuar recurriendo a su liquidez al menos hasta el cuarto trimestre de 2021. Por lo tanto no hay tiempo que perder", para la reapertura de fronteras, añadió De Juniac.
La IATA propugna desde hace meses la generalización de las pruebas de detección de covid-19 que se practican antes de la partida de los viajeros (en particular en los vuelos internacionales) para evitar medidas de cuarentena. |
"A largo plazo, la disponibilidad de vacunas a gran escala permitirá mantener las fronteras abiertas (...) pero ese momento es todavía incierto", subrayó la IATA.
La "buena noticia de la vacuna"
La llegada de vacunas "es una buena noticia" que "nos brinda confianza", comentó en rueda de prensa Brian Pearce, director financiero de la organización, que prevé un retorno a la normalidad del tráfico aéreo no antes de 2024.
Después de una parálisis casi total en abril pasado, el tráfico se reanudó con lentitud en junio, sobre todo en trayectos nacionales, pero se volvió a desacelerar desde septiembre con la segunda oleada de covid-19 y los cierres de fronteras y cuarentenas concomitantes.
Las compañías obtuvieron ayudas por $160,000 millones en 2020 para sobrevivir a la crisis sanitaria, pero solicitan un segundo tramo de apoyo estimado entre $70,000 y $80,000 millones.
En muchos aeropuertos se han instalado centros de detección de covid-19 que permiten a los pasajeros someterse a pruebas de antígenos o virológicas de RT-PCR, estas últimas más fiables que las primeras pero cuyos resultados son más lentos, por lo que dependen de los requisitos del país de destino.
De acuerdo a un estudio realizado por la IATA, si las pruebas estuvieran generalizadas a la partida, el riesgo de que haya un pasajero contagiado a bordo de una aeronave sería de alrededor del 0.06 %, o sea, 12 casos positivos no constatados cada 20,000 pasajeros a la llegada.
Para facilitar estas pruebas a nivel mundial, esta organización está desarrollando una aplicación de un pasaporte sanitario digital, que garantizaría en particular la autenticidad del test de detección o del certificado de vacunación.
Entre sus previsiones, la IATA cuenta con el desarrollo y puesta a punto de una vacuna eficaz para el verano (boreal) de 2021, y así poder reactivar los viajes internacionales.
La aerolínea australiana Qantas ya anunció que requerirá a los pasajeros de sus vuelos internacionales estar previamente vacunados contra covid-19, ni bien haya una vacuna disponible para el público.