Lo que comenzó como una emergencia sanitaria por el origen del nuevo coronavirus se volvió en semanas una crisis sin precedentes en la historia reciente de la humanidad, que puso en evidencias las carencias de las economías como la frágil situación fiscal de El Salvador que junto a la volatilidad financiera serán sus mayores riesgos para los próximos meses.
“El Salvador va camino a un problema fiscal muy fuerte”, destacó Paulo de León, director de Inteligencia Económica y Financiera en Central American Business Intelligence (CABI), al presentar ayer un estudio sobre las perspectivas políticas y económicas para el Triángulo Norte, es decir, Guatemala, Honduras y la economía salvadoreña.
La recesión económica afecta todos los sectores pero hay rubros “prime” que reciben el mayor golpe, y dependiendo de su participación en la actividad económica se puede proyectar qué tanto caería una economía este 2020. A diferencia de otras crisis, destacó León, las materias primas -como petróleo o café- sigue con precios bajos y eso transmite que la inflación se mantendrá estable porque “el problema” vendrá por la caída de ingresos.
CABI pronostica una contracción de 4.8 % para El Salvador porque “tiene una condición más débil” y las medidas de confinamiento “han sido fuertes”. Para 2021 no recuperará lo perdido en 2020 y avanzaría en 3.6 %.
La “buena noticia” para El Salvador es que se mantiene la liquidez porque el sistema bancario “está reaccionando bien ante la crisis y no con pánico cerrando la llave o líneas de créditos a las empresas”.
Sin embargo, León destacó en su análisis que “comenzamos a ver alguno riesgo” en que las tasas activas (el interés por préstamos) se dispararon en el último mes debido al alza del déficit fiscal que superaría el 7 % del Producto Interno Bruto (PIB) y el crecimiento de la deuda pública por arriba del 80 % del PIB. Esa situación se refleja en el alto riesgo para que el Gobierno salvadoreño pueda emitir bonos con tasas de interés superiores al 7 %.
“Esperamos que la situación fiscal, a partir del 2021, sea el tema de El Salvador (…) “Definitivamente vemos un Gobierno que tendrá problemas de caja en los próximos meses y, por lo tanto, se exacerba un poco la sensación de gobernabilidad”, advirtió León.
Triángulo Norte
La consultora espera que Guatemala decrezca 3.1 %, la peor caída de los últimos 40 años, con un déficit fiscal de 4.5 % y con una probabilidad de inestabilidad macroeconómico “prácticamente nulo”. El riesgo para la economía guatemalteca es su incertidumbre en el plan de regreso a la normalidad, además “me preocupa” la depreciación del peso mexicano que podría incrementar el contrabando cuando se abran las fronteras.
Si bien la economía hondureña no tiene tanto riesgo fiscal como El Salvador, se prevé una caída de su PIB en 6 % por su alta dependencia a las exportaciones enfocadas en maquilas y café. “Cuando hay crisis global, al que es más globalizado le pega más. En tiempos buenos, ser globalizado es bueno”, sostuvo.