Productores reportan inconvenientes para conseguir mano de obra en el campo y aseguran que el costo de producción se ha elevado por la crisis. / DEM


Imagínense que el 70 % de lo que llega a su mesa es producido por pequeños agricultores de diferentes parte de Centroamérica, quienes no paran durante la pandemia pero sí enfrentan riesgos de incremento de costos, reducción de mano de obra y problemas logísticos para entregar al mercado. Esa ruptura en la cadena se evidencia ya en los mercados con la ausencia y precios más elevados de los productos, poniendo así en discusión si el modelo de producción y consumo deberá cambiar luego de esta crisis.

Esta fue una de las valoraciones compartidas este jueves en un conversatorio organizado por la Fundación Empresarial para la Acción Social (Fundemas), para discutir con actores del sector café, lechero, azucarero y expertos en agricultura sobre la dinámica para la reactivación económica desde el área agrícola en el marco de la crisis sanitaria.

“El mundo tiene que cambiar su manera de producir y de consumir alimentos”, indicó Diego Recalde, represente país de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), quien advierte que aunque el sector agrícola continúa operando bajo la pandemia, solo el cierre de las economías afectará la dinámica de producción.

Para el vocero de FAO, la crisis plantea un momento “de reflexión” para cambiar “ciertos modelos de consumo y de producción” que dependen de la dinámica agrícola de otros mercados como el repollo que se importa de Guatemala o los lácteos desde Honduras y Nicaragua, dos elementos claves para elaborar la pupusa, el platillo típico de El Salvador, ejemplificó.

Parte de la solución, según Recalde, es un asocio público privado para diversificar la producción interna porque “no se puede basar el país en uno o dos productos de exportación”, además de incentivar el consumo local en alimentos de mejor calidad. “Hay que hacer cadenas nuevas, repensar la manera en que llevamos la producción, hacerla más sostenible (…) La oportunidad están en retomar una manera diferente para hacer agricultura, comenzar a producir frutas, verduras, lácteos”, sumó.

 

Un consumo interno

Lily Pacas, directora ejecutiva del Consejo Salvadoreño del Café (CSC) destacó que la apuesta de la institución es motivar más el consumo interno ya que solo el 30 % de la producción local se destina para el mercado nacional, es decir, que el 70 % del café que beben los salvadoreños es importado.

Julio Arroyo, director ejecutivo de la Asociación Azucarera de El Salvador (AAES), comentó que la crisis se ha traducido en un incremento en el costo de producción frente a una caída de demanda por menores ingresos para los hogares salvadoreños.

Detalló que la estrategia del sector azucarero de El Salvador antes y después de la pandemia se basa en la sostenibilidad, mayor productividad con menores recursos, así como diversificar la industria a pasar no solo producir caña de azúcar sino en la generación eléctrica y promover la demanda en exportaciones.