El Salvador se enfrenta este año a la peor crisis económica de su historia reciente debido a la pandemia del covid-19 y un mal manejo de las vulnerabilidades fiscales puede convertirla en una depresión más fuerte que la sufrida durante el conflicto armado.


Para que una economía esté de manera oficial en recesión se debe registrar dos trimestres consecutivos con crecimientos negativos del Producto Interno Bruto (PIB).


Ya que el Banco Central de Reserva (BCR) solo ha actualizado el segundo trimestre de 2020, con una caída del -19.2 %, aún falta que se revele el dinamismo económico entre junio y septiembre para declararse en rigor en recesión.











En diciembre, el BCR actualizará el PIB del tercer trimestre de 2020. Economistas advierten que puede registrar una caída por un -10 %.



Para economistas el tercer trimestre mantendrá una caída porque el confinamiento se extendió hasta finales de agosto y aún en septiembre el tejido productivo no se encontraba por completo restablecido.



Propuesta para salir.


Pedro Argumedo, economista de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), destaca que El Salvador se enfrenta “a la recesión más severa” desde los Acuerdos de Paz y advierte que un mal manejo de “las vulnerabilidades fiscales e institucionales” puede convertir la crisis en depresión económica.


El economista recuerda que hay recesiones cortas y severas, que son el último peldaño para entrar en proceso de depresión económica. Esta etapa tiene implicaciones como una escalada de quiebre de empresas y despidos masivos, además que suele ser períodos de crisis más prolongados y las caídas del PIB son más pronunciadas.


“¿De qué depende si nos quedamos con recesión severa o nos pasamos una depresión? De la política macroeconómica”, manifiesta el economista al recordar que el mayor reto es la estabilización de las finanzas públicas.


La principal recomendación del economista es construir un acuerdo público y privado entre sector productivo, académico y Gobierno, que incluya las claves para la estabilidad macroeconómica. Propone como un Plan Marshall (el plan que lanzó EE.UU. para reconstruir Europa tras la guerra).




  • Estabilidad macroeconómica: Establecer cómo ordenar las finanzas públicas para que sean sostenibles y que le permita al país acceder al mercado de inversión a tasas de interés más bajas.

  • Empleos con mayores ingresos: Buscar una recuperación y expansión de la economía con más empleos formales y con mayores ingresos. Atraer inversiones de mayor valor agregado.

  • Transformación productiva: Una transformación productiva y social que nos “enrute a ser desarrollados”. El país podría apostar por industrias de mayor tecnología.

  • Institucionalidad económica: El economista también propone fortalecer la institucionalidad económica y de las reglas del juego para atraer inversionistas de mayor valor.