El 46 % del territorio de la microcuenca El Jute, ubicada en Santa Ana, se encuentra en sobreuso por actividades productivas de mayor intensidad, revela una investigación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).


En el marco del Día Mundial del Agua, la FAO presentó este 22 de marzo una serie de estudios sobre la gobernanza del agua en seis países de América Latina, incluyendo a El Salvador con la microcuenca del río El Jute que se localiza en el municipio de Candelaria de la Frontera, en Santa Ana.


Esta microcuenca tiene una superficie de 3,414 hectáreas, de las cuales 1,560 se encuentran en sobreuso, es decir, el 46 % del territorio que depende del río Guajoyo y a la cuenca del río Lempa.


“Estas tierras en sobreuso indican que están siendo usadas en actividades productivas de mayor intensidad sobre suelos no capaces de sostenerlas a largo plazo, con importantes repercusiones en la degradación del suelo y en la rentabilidad de los cultivos”, destaca el informe de la agencia de Naciones Unidas.




La producción agrícola de la microcuenca es de relevancia (…) constituyendo a la vez un medio de vida para el 40 % de la población”, Estudio de la FAO



Agrega que la progresiva dinámica en el uso y ocupación del territorio se acompaña de prácticas agrícolas inadecuadas como la quema de rastrojos, incendios forestales, aprovechamiento insostenible del bosque y establecimiento de cultivos en laderas son manejo del agua.



Agricultura, la principal actividad.


El informe de la FAO destaca que la microcuenca El Jute se destina en 80 % a la agricultura, unas 1,800 hectáreas para cultivos intensivos de granos básicos, pastos y mosaicos, y unas 950 hectáreas para agricultura extensiva -sistemas que maximizan la producción en un período corto- en terrenos de vegetación natural.


El 40 % de la población en esta localidad depende de las actividades agrícolas, sobre todo en la zona rural donde las personas producen maíz para consumo familiar. El cultivo de frijol, en tanto, es una fuente de ingresos pues el 80 % de la producción se destina para venta.











La microcuenca El Jute tiene 10 cantones: Casas de Teja, El Jute, El Tanque, El Zacamil, La Criba, La Parada, Piedras Azules, San Jerónimo, San Vicente y Tierra Blanca.



Sin embargo, la microcuenca se ubica dentro del corredor seco y es afectada fuertemente en períodos de sequía. Por la escasez de lluvias registrada en 2016, que duró de julio a agosto, las comunidades que integran El Jute sufrieron una pérdida del 50 % de maíz, 90 % de frijol, y 80 % de sorgo.


La precariedad de los hogares que dependen de la agricultura “se agrava por la vulnerabilidad ambiental, a raíz de la deforestación acelerada que trae consigo la erosión y degradación de los suelos en zonas que inclusive tienen potencial para la recarga hídrica”, suma la FAO.


Los reportes del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) destacan que los productores del departamento de Santa Ana reportan que en los últimos tres años se redujo el rendimiento de maíz y maicillo en 43 %, mientras que de el frijol bajó un 29 % debido a las anomalías en en las lluvias.