El 66.2 % de los salvadoreños que decidió migrar a Estados Unidos y envía remesas a sus familias en El Salvador no tiene aspiraciones de regresar a su país natal, revela un estudio del Banco Central de Reserva (BCR), difundido esta semana.

La institución publicó la sexta encuesta de remesas familiares desde Estados Unidos, un estudio sobre las condiciones socioeconómicas, formación educativa y expectativas a futuro de los remitentes de estos envíos, que al término de 2018 alcanzaron un récord de $5,468.7 millones.

Esta investigación encontró que el 66.2 % de los remitentes de remesas “no tiene aspiraciones de regresar a vivir a El Salvador”, frente al 33.7 % que dijo querer volver a su país. El 0.1 % de los encuestados afirmó “no saber”, explicó Xiomara Hurtado, jefa del Departamento del Sector Exterior del BCR.

“Nosotros lo interpretamos como un deseo o aspiración de volver que no necesariamente va a materializarse en algún momento. Los indocumentados hacen la mayor parte de esas personas que quieren volver (…) y la mayor parte de los que respondieron que querían retornar dijeron que lo harían dentro de cinco años o más, no es una intención inmediata”, indicó la experta.

De los salvadoreños que regresarían, el 33.6 % dijo que abriría un negocio propio pero el 26.3 % ni siquiera ha pensado a qué actividad se dedicaría. Otro 19.9 % señaló que buscaría empleo, un 4 % que viviría de su pensión y el resto planteó la idea de sobrevivir con sus ahorros, recibir remesas o cultivar tierras.



Situación migratoria

El Banco Central levantó la investigación en los estados de California, Maryland, Virginia, Texas y Nueva York porque concentran el 69.6 % de la población originaria de El Salvador.

Del total encuestados, la institución encontró que el 52.9 % de los $5,468.7 millones en remesas obtenidos en 2018 proviene de salvadoreños que viven en Estados Unidos sin documentos y el 17.7 % es enviado por residentes.

El 14 % de las remesas se atribuyen a salvadoreños beneficiarios del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés), quienes, según el BCR, aportan $706.2 millones del flujo total de remesas. Además, el 6.6 % corresponde a asilados, el 4.3 % a ciudadanos y solo el 0.2 % están amparados por el programa Acción Diferida para Llegadas en la Infancia (DACA).

Ese 52.9 % que se encuentran de manera ilegal remite en promedio $430 mensuales en remesas familiares. Los residentes, en tanto, envían $333, las personas con TPS unos $406, los ciudadanos envían $346 y los amparados por el DACA reportan una remesa promedio de $94.

Quienes tienen asilo mandan $465, el monto más alto de todos los grupos de migrantes salvadoreños en Estados Unidos.

El Banco Central indicó que cerca de 2.3 millones de salvadoreños viven en Estados Unidos, esto coloca a El Salvador como el país centroamericano con más compatriotas y ocupa el cuarto lugar de los grupos de población de origen extranjero dentro de esa nación.

Los principales factores de expulsión, “por los cuales nuestra gente está migrando hacia el exterior”, explicó Hurtado, “se concentran en las condiciones económicas, reunificación familiar y de violencia”. Esta última problemática “es más importante en los períodos más recientes”, indicó.