Pese a una mayor percepción sobre el uso de herramientas digitales en El Salvador, el país sigue rezagado en esta materia. Un estudio del Banco Interamericano para el Desarrollo (BID) anticipa que cerca del 75 % de los puestos de trabajo está en riesgo por el avance de la tecnología.


El auge de la automatización de procesos, usando robots, o de la aplicación inteligencia artificial, en otros, son una amenaza severa para matrices económicas como la salvadoreña.


En su análisis, el BID coloca a El Salvador y Guatemala como los países con mayores desventajas ante una eventual aceleración de la automatización.


“El Banco hizo una simulación del impacto de la automatización en sustituir las actividades tradicionales actuales, al compararnos con los países, en el caso de El Salvador la estructura productiva tiene un 75 % de riesgo de ser sustituida, esto nos debería llevar a tener una agenda público y privada para hacer la transformación a tiempo y no ser sujetos de un ‘shock’ adverso”, valoró Pedro Argumedo, economista e investigador del Departamento de Estudios Económicos de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades).


Los inconvenientes no solo obedecen a deficiencias en materia educativa, sino a problemas de infraestructura e incluso conectividad.


Datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) revelan que la brecha digital en el país es amplia. Se estima que solo el 15.7 % de los hogares salvadoreños cuenta con computadoras en el hogar, además solo el 7.7 % tiene acceso a conexión de banda ancha fija, mientras que con celulares solo lo tiene el 54.5 % .




La estructura productiva tiene un 75 % de riesgo de ser sustituida, esto nos debería llevar a una agenda público y privada para una transformación
a tiempo”,
Pedro Argumedo, Economista, investigador de Fusades



“Es importante tener internet en el hogar y los celulares, pero es importante que sea en banda ancha que permita transferir gran cantidad de información (como conferencias y clases) y acá es donde vemos brechas preocupantes”, dijo Argumedo.



El estudio de la UIT revela que el 97.4 % de los celulares de Costa Rica tienen acceso a banda ancha, mientras que el casi el 18 % de los hogares puede conectarse con por redes fijas, además, el 47 % de las familia tiene computadoras en el hogar.


Argumedo explicó que estas deficiencias se notaron tras el inicio de la pandemia cuando muchas familias se vieron imposibilitadas de mantener a sus hijos en clases virtuales por la falta de computadoras o la poca capacidad o alto costo hacerlo con celulares.











Según la encuesta “Cómo vamos”, solo el 93 % de los estudiantes en el Área Metrolopolitana siguió en teleclases, pero el 73 % lo hizo con un smartphone y la mitad con un equipo compartido.



Oportunidad


Carmen Aída de Meardi, primera vicepresidenta de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI), dijo que se debe impulsar una “cruzada nacional por la competitividad y el empleo”, donde se deben articular esfuerzos entre el sector público y privado.


“Se requiere de una política industrial 4.0 para detonar el crecimiento basado en la mejora de la productividad e incorporan la digitalización en nuestros procesos de producción y la adquisición de tecnologías”, apuntó.


Argumedo dijo que, al mismo tiempos, se debe impulsar cambios en la calidad educativa ahora centrada más en un pensamiento crítico, porque el pensamiento metódico será sustituido por la inteligencia artificial y la automatización de los procesos.