Más del 80 % de los agricultores salvadoreños afectados por la sequía de 2018 está excluido de los programas de asistencia social del Gobierno, alcaldías y cooperación internacional, revela un estudio presentado ayer por organismos humanitarios.

El grupo investigador, liderado por el consorcio de organizaciones Oxfam, Save the Children, World Vision y Catholic Relief Services (CRS), presentó los resultados del estudio “Evaluación de Seguridad Alimentaria y Medios de Vida”, el cual advierte que la sequía y las lluvias intensas del año pasado destruyeron más de la mitad de los cultivos de subsistencia de los habitantes del Corredor Seco de El Salvador.

“A pesar de su resiliencia, después de cinco años de sequía, las familias han perdido la capacidad de absorber un nuevo evento climático”, y los medios de vida e ingesta de alimentos están empeorando rápidamente, aseguró Mercedes García, representante de Oxfam en El Salvador.

Los 40 días de sequía de junio a agosto, sumados a una copiosa salida del invierno en septiembre, ocasionaron una pérdida conjunta de $59.2 millones, según estimaciones del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). Algunos agricultores, sin embargo, lo perdieron todo.

El estudio incluye como muestra a 277,769 habitantes de 18 municipios del Corredor Seco, en su mayoría agricultores de subsistencia.

Dentro de este grupo, más de 227,236 (un 81.8 %) están sufriendo inseguridad alimentaria debido a la pérdida de sus cultivos, la venta de sus tierras y deudas adquiridas, por lo que ahora necesitan ayuda urgente.

Por más de 12 años, los gobiernos de El Salvador han entregado paquetes agrícolas con semilla mejorada de frijol y maíz para apoyar el sustento en zonas empobrecidas. Sin embargo, este subsidio que llega a más de 400,000 personas, estaría dejando fuera a los más vulnerables.

García explicó que solo el 20 % de los productores en situación de riesgo por el cambio climático recibe algún tipo de asistencia del Gobierno, sus alcaldías, y redes internacionales de cooperación.

“Esto llama la atención a todos sobre la necesidad de focalizar mejor la ayuda que estamos dando”, agregó la experta, quien recalcó que el Gobierno debe estudiar en especial el caso de las mujeres. “Un grupo particularmente afectado por la sequía” porque deben realizar el trabajo del hogar, cultivar, buscar agua potable; además de ser quienes reducen su consumo de alimentos en favor del resto de los miembros de su familia.



Migración por el clima

Las estrategias de supervivencia en la zona rural están cambiando por el clima. Para paliar la crisis, revela el estudio, cada vez más agricultores están abandonando su hogar: un 28 % ya dejó la agricultura y está buscando otro medio de vida, como migrar a centros urbanos para dedicarse al comercio informal.

En 2016 y 2017, a pesar de los episodios de sequía, migrar no era una opción para estas familias. Pero desde 2018 y este año, un 1 % indica que migrará a Estados Unidos de forma ilegal, “algo nunca antes visto en El Salvador”, aseguró García.

 

El sector agropecuario se enfrentó a una sequía y exceso de lluvia en 2018.



Sequía

El Salvador finalizó 2018 con tres períodos de sequías, entre ellas la más larga que se ha registrado en los últimos 48 años, según datos del MARN. El período más grave ocurrió del 22 de junio al 1 de agosto, acumulando hasta 40 días consecutivos sin lluvia y dejó pérdidas millonarias al sector agrícola.

 

Huracán

Dos meses después de la sequía, el sector agropecuario se enfrentó a 13 días con intensas lluvias por la influencia del huracán Michael.

Las precipitaciones de octubre ocasionaron estragos en los cultivos de hortalizas y se estima pérdidas en las siembras de pipián, melón, chile dulce, güisquil, ayote, tomate, sandía, entre otros alimentos.