Agustín Martínez, presidente de la Camagro, inauguró ayer el foro Agrindustria 2.0, que contó con ponentes nacionales e internacionales. / Jorge López


Para nadie es desconocido que el sector agropecuario en El Salvador se encuentra en crisis y debe reinventarse para sobrevivir en la era digital. En ese proceso de transformación, el candidato “ideal” para mejorar la cadena productiva es el café, aseguró ayer Elsa Murano, directora del estadounidense Instituto Norman Borlaug.

La también exsubsecretaria de Agricultura en Estados Unidos participó ayer en un foro organizado por la Cámara Agropecuaria y Agroindustrial de El Salvador (Camagro), para discutir los restos y desafíos del sector, de cara a la cuarta revolución industrial: la era de computación.

Murano participó de 2001 a 2011 en un proyecto de cultivo de café en Ruanda, luego del genocidio de 1994. En ese plan, explicó, reunieron la cooperativa de Café de Moraba y establecieron la primera línea de comercialización entre el país africano con Estados Unidos. Hoy trabaja un programa de resiliencia del grano en El Salvador, Guatemala y Honduras para elevar la productividad.

La especialista indicó que el café “es un candidato ideal para el mejoramiento de la economía” porque “es una plataforma para ayudar a levantar los medios de vida campesinos”, segmento de la población que concentra la mayor pobreza.

El primer paso para la transformación es identificar los factores que afectan al sector y, a partir de estos conocimientos, buscar la tecnología, infraestructura e incentivos, porque de lo contrario “no podemos tener un sistema agrícola que funcione”.

Se debe considerar dos factores claves, continuó, basados en el rendimiento de la cosecha que involucre a híbridos o variedades resistentes a plagas y cambios climáticos, más el mejoramiento de la calidad del grano. “En mi opinión el sector de café (en El Salvador) necesita un renacimiento”, agregó.

En tanto, Andrew Natsios, director del estadounidense Scowcroft Institute of International Affairs, instó a recordar que el agro también es “un negocio” y, como tal, se deben crear mecanismos de financiamiento, apoyo de inversión y construir tecnologías. El funcionario del Gobierno de Estados Unidos recomendó la especialización, es decir, que El Salvador genere “un producto que nadie pueda cultivar”.